A Microsoft le tocó el papel más difícil en el selecto grupo de gigantes de la telefonía móvil: el tercer lugar. Un concurso que la compañía organiza para comparar su sistema operativo con el de Apple y el de Google casi le cuesta un grave problema de imagen.
El mercado de los sistemas operativos móviles es muy particular por muchos motivos, y el número de actores principales y sus roles no son la excepción. Las grandes competencias comerciales normalmente tienen dos grandes participantes; el líder y el perseguidor. Y son los perseguidores los que tienen que hacer grandes esfuerzos de Marketing para convencer a los consumidores -casi siempre con poco éxito- que sus productos son mejores. Burger King contra McDonald’s o Pepsi contra Coca-Cola son dos de los mejores ejemplos.
Microsoft lanzó una especie de concurso para demostrar que los terminales que ejecutan Windows Phone son más rápidos que los iPhone y Android durante el CES de hace unos meses. El concurso conocido como ‘El reto Windows Phone’ ha demostrado ser una atractiva forma de atraer la atención de los consumidores y continúa en algunas tiendas.
El mecanismo es muy sencillo: cualquiera que ejecute alguna acción en su smartphone en menos tiempo que un Windows Phone se lleva un ordenador portátil valorado en 1.000 dólares (750 euros). Evidentemente, Windows Phone gana normalmente.
Sin embargo una empleada de la tienda de Santa Clara le pidió a un participante usuario de Android (Samsung Galaxy Nexus) que obtuviera información climática de dos ciudades diferentes, con la suerte que el concursante tenía en su home dos widgets diferentes de la app de clima (San José y Berkeley) y aunque el Windows Phone también tenía dos widgets de clima en la home, la empleada necesitó dos acciones y el participante solo una, con lo que obtuvo la información en menos tiempo.
Los empleados se negaron a entregarle el premio alegando que tenía que dar información sobre dos ciudades de dos estados diferentes (tanto San José como Berkeley están en California) y que su teléfono no podía hacerlo.
El participante se llama Sahas Katta y es CEO y cofundador de skatter tech, así que publicó la historia en su medio de comunicación.
Según publica Business Insider, el evangelista de Windows Phone Ben Rudolph (creador, precisamente, del reto Windows Phone) se enteró de la historia y ha ofrecido a Katta un ordenador portátil, un móvil y, por su puesto, disculpas.
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