viernes, 22 de junio de 2012

El éxito de Red Hat condena a su CEO al cuarto de las escobas

No es el cuarto de las escobas exactamente, pero tampoco lo que se espera del despacho de un consejero delegado. El CEO de Red Hat, Jim Whitehurst, dirige la compañía desde un minidespacho en el que se amontonan su mesa y todos sus muebles. La ‘culpa’ la tiene el alto volumen de contratación de la firma, que implica unas elevadas necesidades de espacio.

Red Hat tiene previsto cerrar el año con 1.000 nuevos empleados, asumiendo 250 nuevos trabajadores cada trimestre, según explica a BusinessInsider Whitehurst. La firma está trabajando para adaptar un edificio para que sea sus nuevos cuarteles generales, pero mientras no están acabados tiene que adaptarse al espacio con el que hasta ahora cuenta.Mientras esto no pasa, el consejero delegado mantiene un despacho minúsculo. “Aún me siento en mi tugurio”, explica al medio norteamericano, al que ha dejado ver su despacho, el CEO. “Bueno, es un gran cubículo más bien”.

Cuando se muden, Whitehurst tendrá un espacio mayor aunque no exagerado (como explica a BusinessInsider su nueva oficina será diez veces más pequeña que su antigua oficina cuando era COO de una aerolínea) aunque sí mantendrá un despacho propio y no se sentará en el medio de sus empleados. Las necesidades de confidencialidad obligan.




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