No es nada nuevo: las competidoras de Apple se han estado riendo en los últimos años de su iPhone en sus diferentes anuncios. Samsung, por ejemplo, alcanza ya categoría de maestra en el cómo reirse del smartphone de Cupertino en sus anuncios. El último bromea sobre las colas que se hacen para alcanzar el terminal y declara que lo que pueda aportar el iPhone 5 ya lo tiene el Samsung S Galaxy III. La última en unirse a la lista de empresas que hacen del anti-iPhone una baza publicitaria es Nokia.
El vídeo de Nokia juega con uno de los atractivos de su último lanzamiento, el Lumia 920. El terminal llega al mercado con una atractiva gama de colores, que permite al usuario escoger entre diversos tonos y contar, o al menos eso es lo que nos deja concluir el anuncio, con una experiencia de uso más personalizada, más propia. El anuncio comienza con una fila de compradores del iPhone, que están dando el salto a la nueva versión del terminal y que parecen bastante alienados. Hasta que uno de los compradores pide un iPhone de colores. Ahí colapsa el servicio.
También cambian los colores del entorno: los compradores que quieren hacerse con la versión 5 del producto (el iPhone que descubrimos cubriendo los huecos) deben enfrentarse a un mundo gris y aburrido, a una música de fondo no muy animada y a un entorno poco apetecible. La llegada del color lo cambia todo: la música, la animación y la diversión.
¿Será suficiente echar en cara el color para romper el hechizo del iPhone?
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