lunes, 4 de febrero de 2013

El Libro Blanco de las Smart Cities destaca el papel transversal de las TIC en las urbes del futuro

sheffield

Hace años, cuando empezamos a oír hablar de las ciudades inteligentes, estas parecían estar definidas únicamente por un aspecto: la implementación de la tecnología en su gestión. En cambio, lo que ayer era meta es ahora el camino hacia otros lugares, como la sostenibilidad, el bienestar y la calidad de vida.

El Libro Blanco de las Smart Cities, presentado hoy en Madrid en un acto que ha reunido a empresas y a alcaldes de diversos municipios, constituye un manual de buenas prácticas que entiende el uso de las TIC como un recurso transversal en el desarrollo de las ciudades inteligentes, que no tienen por qué ser grandes urbes.

En la edición del libro han participado las empresas Ernst&Young, Ferrovial, Enerlis y la red Madrid Network. Todas creen que las smart cities constituyen una oportunidad para generar riqueza y empleo, y destacan la importancia de crear sinergias entre lo público y lo privado.

Ciudades cada día más saturadas

Según datos de la ONU, en 2050 el 85% de la población mundial vivirá en ciudades. En la actualidad, las grandes urbes ocupan un 2% de la superficie terrestre, pero gastan el 70% de la energía mundial y emiten el 70% del total de CO2.

Pero una ciudad saturada es “poco atractiva para la inversión y va muriendo lentamente”, ha dicho Tomás Pastor, director responsable de Servicios de Sostenibilidad en Ernst&Young España.

El alcalde de Alcorcón y presidente de la Federación Madrileña de Municipios, David Pérez, que ha presentado el libro, ha asegurado que una ciudad inteligente es “aquella que es capaz de adaptarse a las circunstancias”.

Sarah Lambert, directora adjunta de la representación de la Comisión Europea en España, donde se ha presentado el libro, ha señalado que, “aunque España ya ha hecho mucho, todavía queda trabajo”, y ha apuntado a la falta de coordinación entre energía, transporte y TIC como uno de los problemas para las smart cities a nivel europeo.

Ejemplos a seguir

El presidente de la Federación Madrileña de Municipios ha insistido en la reducción de la burocracia como un eje fundamental de cualquier smart city.

A este respecto, entre los ejemplos españoles de ciudades inteligentes que cita el libro figura el e-Gobierno de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, donde los vecinos pueden realizar numerosos trámites, como pagar sus impuestos, a través de Internet.

Pozuelo también cuenta con un sistema de intercambio de información geolocalizada a través del cual los ciudadanos pueden enviar alertas de seguridad, limpieza y sanidad con su ubicación y  recibir avisos del ayuntamiento relativos, por ejemplo, a ofertas de empleo y farmacias de guardia.

En cuanto la sostenibilidad, existen otras iniciativas en España, como la calle inteligente Cèsar Martinell, en Sant Cugat del Vallés, donde el control de residuos se ejerce a través de sensores instalados en papeleras y contenedores que avisan del estado de su capacidad.

Estos sistemas utilizan los sensores para recoger toda clase de información –imágenes, sonidos, temperaturas, movimientos– que después se gestiona a través de cada servicio municipal. Otros ejemplos son los sistemas de riego que se activan en función de la humedad de la tierra o las farolas que solo alumbran cuando detectan tránsito de peatones.

Todas estas medidas permiten, como ha indicado el director de Servicios a Infraestructuras de Ferrovial, Carlos Plasencia, un ahorro de hasta el 20% del presupuesto en servicios urbanos. Plasencia ha citado que Birmingham y Sheffield, en Reino Unido, han alcanzado dicha reducción de costes gracias a medidas inteligentes en su gestión.

El libro puede descargarse en la siguiente dirección: www.libroblancosmartcities.com

Foto cc: IK’s World Trip





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