iOS llevaba tiempo aburriéndome. Mientras la competencia se ha esforzado por innovar continuamente y ha mejorado el diseño de sus plataformas, poco a poco iOS empezaba a quedarse antiguo y algo tosco. El anuncio de Apple en su reciente WWDC 2013 en San Francisco me despertó una reacción inicial: por fin, algo se movía de nuevo. El diseño parecía fresco y contemporáneo, desde el uso atrevido de la tipografía al empleo inteligente de las transparencias y las capas, a las cuidadas transiciones que reemplazan el anticuado estilo visual y el comportamiento ligeramente descuidado de las versiones anteriores de iOS.
Pero enseguida sentí otra cosa: esperaba algo más.
Sí, Apple avanza. Pero la competencia es mucho más agresiva e innovadora que hace unos años, lo que provoca que Apple deba apresurarse si quiere ser percibida de nuevo como un líder en innovación y diseño. La pregunta es si será capaz de evolucionar de su actual posicionamiento como fast follower para pasar a ser un faster follower, y recuperar de forma gradual una situación de liderazgo desde la que volver a cambiar las reglas del juego. Y más allá de esto, quizás la pregunta más importante es: ¿necesitan o, siquiera, quieren hacerlo?
Algunos méritos
Muchas cosas que Apple se propone con iOS 7 son loables. Las transparencias son una mejora positiva, ya que ofrecen continuidad y contexto de una forma simple. iOS 7 también utiliza mejor el espacio, hay menos encajonamiento y todo el conjunto respira más. Las transiciones también ayudan a que la nueva experiencia cobre vida y a que el sistema operativo parezca más contemporáneo. En Safari, es fantástico ver cómo la interfaz se subordina al contenido de la página.
En el plano funcional, resulta agradable la sustitución del aparatoso botón de retroceso por un gesto de deslizamiento lateral. La vista multitarea también ha sido claramente mejorada. Pero los avances más importantes, desde mi punto de vista, los encontramos en la app de fotos, en la que la clasificación y agrupamiento inteligentes ayudan a los usuarios a organizarse y dotar de sentido a todas sus fotos; y en las sugerencias de aplicaciones mediante geolocalización a través de Apps Near Me.
Es importante señalar que el nuevo diseño de iOS 7 es verdaderamente exhaustivo: nada ha quedado intacto.
Oportunidades perdidas
Como iOS 7 sigue basándose en una cuadrícula de iconos en el nivel superior del sistema operativo, la iconografía de las aplicaciones nativas da la impresión de haberse realizado de forma apresurada y, a veces, sorprendentemente, hasta amateur. Algo paradójico, cuando la necesidad de perfección fue una de las ideas fuerza más repetidas durante el WWDC.
En algunos lugares donde se utiliza la translucidez, el contraste del texto es bastante pobre, lo que dificulta una lectura rápida. Y, si bien el Centro de Control es una buena idea, es una pantalla muy saturada, y ésta es la primera iteración; ¡imaginen cómo será tras unas cuantas generaciones más y muchas más funciones añadidas!
La vista asíncrona en la pantalla inicial parece un pequeño ardid, al igual que la animación de fondo -un tanto ñoña- de la app del Tiempo. A la novedad del filtro de fotos se le ha dado demasiado protagonismo en el modo cámara. Son decisiones de diseño populistas, un enfoque, sin lugar a dudas, nada Apple.
Una corrección del rumbo, no un cambio radical
En general, la sensación es que iOS 7 es demasiado predecible. Se intuye que Apple quiere despertar placer y sorpresa en los usuarios en un primer momento, para que después sientan amor y, en última instancia, conexión con su nueva creación. Pero iOS 7 no ofrece muchos motivos de sorpresa, porque prácticamente nada en el sistema operativo parece nuevo. Más bien nos resulta familiar, y esto es porque muchos de los enfoques de diseño utilizados en iOS 7 ya los hemos visto en otras plataformas.
Por ejemplo, Windows 8 hace un uso atrevido de la tipografía y emplea transiciones fluidas para llevar a la vida la experiencia; WebOS tenía una vista multitarea bastante similar a la que integra iOS 7; y el innovador sistema operativo MeeGo de Nokia ponía los gestos de deslizamiento lateral en el centro de la experiencia del smartphone (además de hacer mucho hincapié en una iconografía consistente y que aportara valor a los usuarios). Con iOS 7, Apple ha adoptado claramente éstos y otros diseños, con la intención de mejorarlos.
La mayor sorpresa de iOS 7 es que coloca a Apple en el papel de fast follower en el área donde menos lo podíamos esperar: el diseño.
La maldición del “dilema del innovador”
La última vez que escribí sobre el diseño de Apple pedía cambios más estratégicos: “Una actualización radical de iOS, una entrada definida en el mundo de los wearables o un avance determinado hacia servicios como las búsquedas o el comercio”. Sí, iOs ha sido actualizado, pero si miramos más allá de la superficie, la actualización no ha sido demasiado radical. Quizás el hecho de que iOS tenga ahora millones de usuarios activos es tanto una bendición como una maldición para Apple. Con semejante tamaño, la compañía tiene ahora otras prioridades, y se dedica más a proteger lo que tiene que a revolucionar como en el pasado. Durante los próximos años, Apple probablemente se convertirá en el nuevo ejemplo “de libro” del célebre “Dilema del Innovador”.
En los años noventa, cuando Apple estaba en crisis y tenía poco que perder, su campaña “Think Different” celebraba la innovación valiente y decidida. Este tono ha cambiado sustancialmente, y el vídeo de apertura de su WWDC 2013 era una celebración de otras cosas muy distintas: la paciencia y la perfección. Apple ganó importancia en el mercado como una compañía que se anticipaba de forma brillante a las necesidades futuras del cliente. Pero hoy se centra principalmente en satisfacer las necesidades actuales de los clientes que ya tiene.
Jony Ive dice que “iOS 7 está definiendo una nueva dirección”, y Tim Cook afirma que iOS 7 es “el mayor cambio en iOS desde la introducción del iPhone”. Lo que deduzco de estas declaraciones es que Apple estaría bastante contenta de continuar siendo un fast follower durante un largo periodo de tiempo. Por mi parte, seguiré admirando cómo Apple adopta y mejora los diseños de otros, y cómo hace evolucionar de forma elegante su iOS con el paso del tiempo. Pero creo que tendré que buscar en otra parte para encontrar diseño e innovación de esos que son capaces de cambiar las reglas del juego.
El autor de este artículo es Olof Schybergson, CEO y cofundador de Fjord.
foto cc Bdebaca
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