Un año. Ése es el plazo que Microsoft se ha fijado para buscar un nuevo CEO, después de anunciar que el actual, el polifacético Steve Ballmer, dejará la compañía para jubilarse a lo largo de los próximos 12 meses en cuando se haya decidido su sucesor. Se abre abre ahora un complejo proceso para encontrar al sucesor más idóneo para hacer frente a una nueva era en Microsoft, compañía que está -debe hacerlo- abordando una completa transformación para adaptarse a un mercado que es muy distinto al que ha dominado desde hace años. La firma, de hecho, anunció recientemente una completa reestructuración para centrarse en dos áreas: los dispositivos y los servicios.
“Nunca es el momento perfecto para tomar este tipo de decisión pero el actual es el más adecuado“, explica Ballmer a través del citado comunicado en el que indica que, aunque había pensado marcharse de la compañía en mitad de este proceso de transformación, lo cierto es que ésta necesita “un CEO que esté presente a largo plazo para abordar esta nueva dirección”.
Un comité especial designado por la actual ejecutiva de la compañía será el encargado de buscar a la nueva cabeza de Microsoft. Dirigido por John Thompson, el director independiente de la cúpula directiva de la empresa, el comité tendrá también entre sus miembros al presidente del consejo, Bill Gates, cofundador de Microsoft, a Chuck Noski, presidente del comité de auditoría y a Steve Luczo, presidente del comité de compensación. La firma de reclutamiento de altos ejecutivos Heidrick & Struggles International también trabajará codo con codo con este comité para encontrar a los mejores candidatos.
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