lunes, 30 de septiembre de 2013

Algunas reflexiones sobre la modernización tecnológica de la pyme

PyMES

Cuando uno mira alrededor y observa lo rápido que gira la rueda tecnológica llega a sentir cierto vértigo, da la sensación de que nunca vas a tener controlados los dispositivos, las tecnologías y las herramientas que marcan tendencia en cada momento. Como dice esa conocida frase: “Justo cuando aprendí  las respuestas de la vida me cambiaron las preguntas”. Lo que parecía lo más novedoso se queda obsoleto antes de darte cuenta. Que se lo digan al CD, incluso al pendrive; ahora nada de eso hace falta: todo puede estar almacenado en la nube, a tu disposición en cualquier momento y lugar y de forma totalmente segura, sin riesgo de extravío ni de sufrir daños, sin límite de capacidad…

Este ir y venir de tecnologías, este riesgo de obsolescencia prematura, es tal vez uno de los principales retos a los que se enfrentan las pymes en lo relativo a su modernización tecnológica. Uno de los rasgos que han caracterizado siempre a la pequeña (sobre todo) y mediana empresa es el desconocimiento, la falta de información respecto a las tecnologías existentes y la falta de formación para saber utilizarlas de manera que puedan extraer de ellas el máximo provecho para su negocio.

Algunas pymes llegaron a invertir hace años una notable suma en un equipamiento o un software que, probablemente, estaba sobredimensionado para lo que realmente necesitaban, de manera que nunca llegaron a rentabilizar dicha inversión y ahora son reacias –incluso desconfiadas– a renovarlo. Otras se han incorporado más tarde al mundo tecnológico y se han asesorado mejor para que su dinero fuera destinado a aquello que de verdad su negocio demandaba. Las hay que están ahora dando el salto a las TIC, pero sus recursos son escasos y buscan sobre todo aplicaciones baratas que proporcionen óptimos resultados y que sean medibles a corto plazo. Y, por desgracia, todavía hay un grupo de pymes que sigue haciendo las cosas a la manera tradicional, con la pérdida indudable de oportunidades que supone vivir de espaldas a la nueva economía.

En estas líneas han quedado ya al descubierto cuatro elementos clave que describen la relación de las pymes con las nuevas tecnologías: el desconocimiento, la adecuación de las herramientas a las necesidades reales del negocio, la búsqueda de resultados inmediatos y la máxima optimización de los costes. Todos ellos quedaron evidenciados en la celebración del Congreso ePyme, organizado por Fundetec el pasado mes de junio en Madrid.

Las empresas de nueva creación tienen claro, prácticamente en su totalidad, que no pueden plantearse un nuevo negocio sin la concurrencia de las TIC, y se sirven de ellas, de hecho, para buscar nichos de negocio y ampliar su abanico de productos y servicios. El reto principal lo tienen las pymes tradicionales, y mientras no se produzca, dentro de unos años, el relevo generacional, su principal hándicap será la falta de conocimiento de las herramientas.

Por su parte, los proveedores tecnológicos tienen el reto de ofrecerles dispositivos y aplicaciones adaptados, escalables y eficaces, pero a la vez de bajo coste y sencillos de manejar. En la actualidad existen ya herramientas que responden a estas premisas, como el citado cloud computing, que se está posicionando como una solución básica y totalmente competitiva para la empresa de hoy. A su lado, las tecnologías de movilidad y sus aplicaciones (apps), que están descubriendo un nuevo mundo de desarrollo de negocio; y por supuesto, el comercio electrónico, las redes sociales, el software libre… Todas ellas permiten vislumbrar interesantes expectativas para las pymes a corto y medio plazo.

Por otro lado, será necesario continuar con la labor divulgativa, sensibilizadora y formativa para tratar de captar a las más reacias a modernizarse. Por suerte, cada vez son menos. Si echamos un vistazo a la primera edición del Informe ePyme, publicada en 2008, podemos comprobar la notable evolución tecnológica que ha vivido nuestro tejido empresarial en los últimos cinco años. Sirvan como referencia un par de datos: por aquel entonces la media de penetración del ordenador en la microempresa española era del 61%, y la de Internet, del 48%; en 2012, sin embargo, el 71% de las empresas de menos de 10 empleados tenía ordenador y el 65% utilizaba Internet.

Estoy seguro de que estas cifras crecerán en la siguiente edición de nuestro informe, pues no me cabe ninguna duda de que el valor que aportan las TIC al entorno empresarial es ya irrebatible, y también su contribución a la buena salud de la economía en su conjunto. Como tampoco me cabe duda de que nuestros empresarios y emprendedores van a aprovechar con determinación la oportunidad de reinventarse para hacer frente a este escenario complejo en el que, cada vez más, las nuevas tecnologías representan casi nuestra única tabla de salvación.

 

El autor de este artículo es Alfonso Arbaiza, director general de Fundetec

 

 

 










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