Carlos Domingo es uno de los directivos más cotizados en el panorama tecnológico español. Presidente y consejero delegado de Telefónica I+D y director de producto e innovación de Telefónica Digital, Domingo destaca por ser una de las voces más interesantes y audaces en lo que respecta a informática, telecomunicaciones y, cómo no, innovación. Precisamente sobre este último aspecto y sobre las principales claves para desarrollar proyectos y empresas innovadoras reflexiona en su primer libro, El Viaje de la Innovación, que sale hoy a la venta y se presenta la próxima semana en Madrid y en Barcelona.
En la obra Domingo –que reconoce que su historia relacionada con la innovación se remonta a 1984 cuando tenía 14 años y sus padres le compraron su primer ordenador, un Sinclair ZX-81, que le llevaría a ser un apasionado de la tecnología y querer dedicarse a ella profesionalmente– recoge las experiencias y enseñanzas recibidas y aprendidas en su larga experiencia profesional que abarca países como Japón y Estados Unidos. ¿El objetivo? Que la obra se convierta en una especie de ‘libro de cabecera’ para aquellos que persiguen innovar con éxito.
Sobre el libro, la innovación, Telefónica, el emprendimiento y el modo en el que la sociedad está experimentando una nueva revolución, de una importancia comparable a la industrial, gracias al auge de la tecnología reflexiona Carlos Domingo en esta entrevista para TICbeat.
TICbeat (TB): Presenta estos días El Viaje de la Innovación, libro definido como “la guía definitiva para innovar con éxito”. ¿Todo el mundo puede innovar? ¿No hace falta tener un ADN especial para ello?
Carlos Domingo (CD): Pues no creo que haga falta tener un ADN especial para innovar per se aunque obviamente no todo el mundo lo va a hacer igual, es como jugar al fútbol, todo el mundo lo puede hacer pero no todos van a ser Messi. Sin embargo, lo que creo es que se puede innovar mejor e incrementar la probabilidad de éxito teniendo algo de base y de conocimiento de las metodologías y los procesos claves de la innovación y obviamente poniéndolos en práctica. Y de eso va el libro, de acercar a los profesionales los conceptos claves sobre el proceso de la innovación para que puedan intentar realizarlo con mas éxito.
TB: ¿Cómo define la innovación, un término de moda del que tanto se habla en tantos sitios en la actualidad? ¿Cómo ha cambiado ésta en los últimos años?
CD: Pues es un término abusado hasta la saciedad últimamente y además confundido con otros relacionados como I+D, emprendimiento o creatividad. La innovación es la transformación de ideas nuevas en éxito comercial. Es decir, la invención y la comercialización de estas invenciones. Por tanto es un concepto que aúna muchos otros ya que requiere creatividad para la creación de nuevas ideas, I+D como fuente de descubrimiento de nuevas tecnologías y emprendimiento para poder comercializarlas con éxito. Últimamente yo diría que lo que más ha cambiado, especialmente en nuestro sector, son dos cosas, por un lado se ha abaratado el desarrollo y la distribución de nuevos productos y servicios gracias a tecnologías como cloud o Internet y los smarpthones y las tiendas de apps, lo que ha hecho que cada vez surjan mas empresas innovadoras.
Por otro lado, la velocidad de adopción de algunas nuevas tecnologías se ha acelerado. Estamos en un proceso de revolución tecnológica muy interesante, quizás el mas profundo en la historia desde la revolución industrial.
TB: En los últimos años en los que la crisis ha sumido a parte del planeta en un fuerte letargo económico han surgido tecnologías –citaba a la movilidad inteligente y al ecosistema que hay alrededor, pero también la impresión 3D, la realidad aumentada, el Internet de las cosas, etc. – que se están expandiendo con una rapidez inusitada. ¿Cómo influye la crisis en el proceso innovador y viceversa?
CD: Pues creo que la crisis acelera las ganas de cambio. En España por ejemplo estamos viviendo un periodo de renacimiento de los emprendedores y a pesar de la crisis que tenemos, hay muchísimo mas capital riesgo para invertir que años atrás. Por otro lado, como decía antes, se ha democratizado la distribución de la tecnología lo que permite que empresas pequeñas puedan llegar a millones de usuarios en muy poco tiempo, algo impensable 10 o 20 años atrás. Y esta revolución que ha surgido fundamentalmente desde el mundo del software va a llegar al mundo de los objetos en los próximos diez años con la impresión 3D y el Internet de las cosas.
“Esta revolución que ha surgido fundamentalmente desde el mundo del software va a llegar al mundo de los objetos en los próximos diez años”
TB: ¿Cómo ve el escenario de la innovación en España? ¿Diría que el nuestro es un país innovador? ¿Qué motores tiene que pulsar para serlo?
CD: Pues yo diría que España es un país con un buen nivel científico y técnico y con un creciente espíritu emprendedor, pero por otro lado a nivel de innovación estamos por debajo de donde deberíamos estar. Como decía innovación es invención y comercialización; veo que en la parte de invención no estamos mal pero muchas veces estas invenciones se quedan en el nivel académico y de las universidades y hay poca transferencia tecnológica.
Y por otro lado muchos de los emprendedores en España no están lanzando cosas demasiado innovadoras y es más la creación de negocios nuevos de ámbito local de cosas que pasan fuera, lo cual es muy legítimo pero no suficiente para crear jugadores globales que se conviertan en empresas grandes.
Sin embargo, nuestro país tiene el potencial y además muchos casos de éxito como Zara o El Bulli que demuestran que se puede llegar a ser un actor mundial en tu sector a través de la innovación. Creo que deberíamos plantearnos ser un poco más como Israel, un país donde se creen muchas empresas innovadoras pero que tengan vocación comercial global ya que muchas veces solo con el mercado interno no tenemos escala suficiente.
TB: ¿Qué empresas destacaría a escala internacional y en España por su carácter innovador?
CD: Pues a escala internacional es difícil decirlo porque hay muchísimas pero obviamente hoy en día, en nuestro sector, las referencias consolidadas son empresas como Apple, Amazon o Google. En España los grandes proyectos innovadores que recojo en el libro son los de empresas como Inditex o El Bulli, pero también, en mi opinión, lo son empresas como Telefónica o La Caixa. Y además tenemos una nueva hornada de empresas pequeñas innovadoras que están haciendo cosas muy interesantes como Ludei en tecnología HTML5, Sherpa en asistentes digitales o Libelium en redes de sensores e Internet de las cosas. Y fuera del sector TIC también. Hace poco investigando para un proyecto nuevo he conocido una empresa de Burgos que se llama Hiperbaric y que es el líder mundial en una tecnología de procesado de alimentos por presión en frío que, a diferencia de la pasteurización, conserva las propiedades nutricionales y el sabor de los productos. ¡Quién me iba a decir a mí que el líder mundial de estas tecnologías era una empresa de Burgos!
TB: ¿Qué metodología hay que seguir para que un proyecto definido como innovador alcance el éxito?
CD: El proceso de innovación tiene varios pasos. Obviamente se tiene que empezar por dos cosas que para mí son fundamentales, escoger una idea de una necesidad de los usuarios que no está resuelta bien actualmente y con el potencial y luego tener un buen equipo (quizás lo segundo incluso es más importante que lo primero). Después hay que ver cómo transformar esta idea en un producto o servicio que la gente quiera comprar o consumir y eso solo se consigue iterando con el usuario final para determinarlo.
Una vez llegado a este punto de encaje de un producto con una grupo de consumidores hay que conseguir escalar la empresa adecuadamente tanto por la parte comercial como financiera, como superar la barrera de pasar de los usuarios iniciales que adoptan de forma temprana una tecnología nueva a una mayoría amplia del mercado. En el libro repaso con mas detalle todas las diferentes partes de este proceso y qué es lo relevante a tener en cuenta en cada paso.
TB: ¿Y cuáles son los principales errores que hay que evitar?
CD: Uf, pues muchísimos. El error mas típico tanto para las empresas pequeñas como las grandes suele ser el gastar demasiado dinero al principio antes de tener claro que tenemos un producto que se vende o usa. En esa parte inicial del proceso es particularmente importante el ser frugal y poner foco en determinar ese encaje producto-mercado que es tan importante.
El segundo más importante a evitar es la composición errónea del equipo. Para una empresa pequeña esto es crítico porque suelen ser muy pocos y de alguna forma se necesitan perfiles de ‘hombre orquesta’ y hacer varias cosas bien. Y en las empresas grandes el error más típico es asignar a alguien que viene de tener mucho éxito en el negocio tradicional a llevar los negocios nuevos asumiendo que porque lo ha hecho bien en un lado lo hará bien en el otro cuando el perfil y la experiencia que se necesita para gestionar un negocio consolidado no tiene nada que ver con el que se necesita para arrancar uno nuevo.
TB: Después de una etapa de 15 años fuera de España, aterrizó en Telefónica I+D en 2006 con el objetivo de hacer evolucionar a una operadora tradicional a la era digital. Su trayectoria profesional en estos siete años en la compañía ha sido fulgurante. Ha pasado de director del centro de I+D a director de Innovación y en la actualidad es presidente y consejero delegado de Telefónica I+D –que ahora cumple 25 años– y director de producto en Telefónica Digital, además de miembro del consejo de esta última. ¿Cómo define estos años tanto desde el punto de vista personal como en lo que respecta a la evolución de la propia compañía? ¿Cree que ha logrado los objetivos de hacer de la operadora una empresa diferente, preparada para competir en el terreno digital?
CD: Pues para mí están siendo unos años muy interesantes profesionalmente porque he tenido la suerte de entrar en la compañía en una etapa de cambio en la que cada vez Telefónica se ha ido volcando más hacia los nuevos negocios y los servicios digitales que es para lo que se me contrató inicialmente y eso me ha permitido crecer profesionalmente en la compañía. Aunque supongo que algo también habré hecho bien yo personalmente.
Sobre si hemos conseguido los objetivos, la respuesta es que no, todavía estamos en un periodo muy incipiente en la transformación y Telefónica es una compañía muy grande con muchos ingresos y se tardarán muchos años en que los nuevos servicios digitales sean una parte muy relevante del negocio, así que, aunque hemos dado muchos pasos adelante en la dirección correcta, aún tenemos mucho camino por recorrer.
TB: ¿Hacia dónde irá la compañía en un futuro próximo?
CD: En Telefónica hay un compromiso muy fuerte hacia la transformación del negocio mas allá de la conectividad y mi objetivo es seguir ayudando a la compañía en esa transformación y conseguir que alguna de las iniciativas que estamos impulsando se conviertan en parte relevante de nuestro negocio futuro.
TB: Asegura en su blog que Internet cambió su vida –y en realidad la de todos–. ¿Cuál cree que será la próxima tecnología disruptiva que cambiará por completo la sociedad tal y como la conocemos?
CD: Creo que una de las revoluciones más importantes que vamos a ver en los próximos años es todo lo que tiene que ver con el llamado Internet de las cosas. El hacer que no solo las personas sino los objetos con los que interaccionamos a diario se conecten a Internet y adquieran inteligencia va a suponer una gran revolución no solo para los consumidores sino para muchísimas industrias tradicionales que hasta ahora no han sido muy afectadas por la revolución digital.
“Una de las revoluciones más importantes que vamos a ver en los próximos años es todo lo que tiene que ver con el llamado Internet de las cosas”
TB: Al margen de su labor en Telefónica, es business angel y mentor de startups como BuyFresco, BlinkBooking, Chicfy, FileThis, GuardTime, OnGest, Offerum, Sibaritus o Zyncro, además de cofundador de la web de vida sana Vitasalum. Antes hablaba de emprendimiento pero ¿cómo definiría en la actualidad este ámbito en España? ¿Ve a los españoles decididos por fin a emprender?
En España estamos viviendo un boom de emprendedores con lo bueno y lo malo que tiene todo eso. Por un lado están surgiendo muchos proyectos interesantes pero por otro lado se mete mucha gente sin la preparación ni la experiencia adecuada. Además se está trasladando una responsabilidad a los emprendedores para que nos saquen de la crisis que creo que es desorbitada, ya que para salir de la crisis hace falta que cambien muchas más cosas. Además, en los últimos años se ha incrementado mucho el capital riesgo disponible para nuevos proyectos pero seguimos teniendo un déficit importante comparado con otros países y sigue siendo difícil levantar rondas de inversión de cierto tamaño.
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