El negocio de los móviles es muy competitivo. Igual de rápido que unos suben, otros caen hasta lo más profundo. Lo hemos visto muchas veces, y ahora traemos otro caso, el protagonizado por Samsung y HTC: los primeros están batiendo récords de beneficios, mientras que los de los segundos se hunden sin remedio.
Concretamente Samsung, según un informe preliminar de la compañía, alcanzará unos beneficios operativos de 9.400 millones de dólares en el tercer trimestre fiscal, con lo que logran recaudar mil millones más que el anterior trimestre y baten todas las marcas alcanzadas hasta ahora.
En el otro extremo de la balanza tenemos a la taiwanesa HTC, quienes como se esperaba se han pegado un tortazo importante en el tercer trimestre: por primera vez desde que salieron a Bolsa en 2002 han entrado en pérdidas. Siendo más específicos, sus beneficios cayeron durante el tercer trimestre fiscal de este año en 101 millones de dólares.
¿Por qué?
¿Por qué uno sube tanto y el otro cae? Simplificando al extremo la cuestión, la respuesta es que Samsung ha sabido dar con una estrategia exitosa, que HTC no ha encontrado, a lo que también hay que sumar su ineficacia para solucionar problemas que arrastra desde hace mucho.
Aparte de que, a diferencia de la taiwanesa, Samsung no sólo vive de los smartphones, su éxito radica en que en Occidente han logrado hacerse con una parte importante de esos usuarios que buscan modelos de móviles económicos gracias a un catálogo de dispositivos de gama media bastante amplio. Además detectaron muy rápido lo que demandaban los clientes potenciales de países emergentes y como consecuencia se han posicionado rápido y bien en ellos (sobre todo en China e India).
En contraposición está HTC, que viene encadenando pérdidas trimestre tras sin trimestre desde hace unos cuantos ya porque ni terminan de elegir una estrategia clara, ni son capaces de solventar los problemas que les ahogan. Principalmente son tres: uno, estructura de costes relativamente altos; dos, falta de provisiones necesarias para liquidar productos envejecidos; tres, y el más reciente, apostar todo a su modelo de alta gama HTC One.
Así que la cosa pinta mal para HTC y muy bien para Samsung. El tiempo dirá si unos consiguen salir del hoyo y los otros mantener la buena posición de la que gozan.
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