sábado, 2 de noviembre de 2013

El capital riesgo aporta financiación, pero también conocimiento

conocimiento

Ideas, valentía, creación de empresas, generación de empleo, ayudas, financiación… Son piezas que configuran un ecosistema emprendedor y de los que depende el éxito en el desarrollo de una cultura de emprendimiento. Aunque aún hay mucho por hacer, tenemos todos que felicitarnos por la cantidad de acciones que se están llevando a cabo en España para la construcción del sistema emprendedor que tanto necesitamos.

No hay más que ver la cantidad de foros para el intercambio de conocimiento, concursos para identificar e impulsar el lanzamiento de ideas brillantes o eventos que propician el cara a cara entre emprendedores e inversores, para comprobar que esto es así.

Cierto es que ha sido durante estos dos últimos años cuando la disciplina de emprender ha empezado a conocerse realmente en todas sus dimensiones: económica, social y legal. Las tres son igual de importantes: porque no se crea algo sin dinero, pero tampoco si no se es valiente y capaz, si no se tiene una idea pionera, si el marco regulatorio no lo favorece

De los tres, probablemente sea el escenario de la financiación el que evoluciona más rápido. Por un lado, porque poco a poco existe más conocimiento sobre la tipología de inversores y, por otro, porque que han proliferado formas de financiación antes desconocidas o que ni siquiera existían en nuestro país. ¿Acaso eran tan conocidos los business angels, el crowdfunding, las aceleradoras e incubadoras y el capital riesgo o el venture capital?

A través de estas figuras se puede acceder a la financiación necesaria para acometer las fases iniciales de un proyecto empresarial. Sin embargo, tengo la impresión de que aún existe un gran desconocimiento acerca de la relación que se establece entre el emprendedor y el inversor una vez que éste ha inyectado dinero y entrado a formar parte del accionariado.

El modus operandi difiere de la tipología de la figura inversora. Desde el venture capital  además de aportar financiación, aportamos conocimiento y asesoramiento permanente. Así, se les orienta en lo concerniente a estrategia corporativa, la acomodación a prácticas de buen gobierno, la captación de talento para la evolución de la empresa, la transición del equipo directivo, el diseño de procesos de toma de decisiones y gestión financiera, etc. También se les pone en contacto con agentes importantes del mercado para el desarrollo del negocio, se les ayuda en sus planes de internacionalización, en la configuración de nuevas rondas de financiación o para planificar la venta de la empresa en un futuro.

“Para el ‘venture capital’ es fundamental que las compañías mantengan su independencia y sean autosuficientes”

Para el venture capital es fundamental que las compañías mantengan su independencia y sean autosuficientes. Apostamos por los emprendedores, su equipo y sus capacidades para desarrollar su potencial de negocio; pero a la vez les hacemos ver que cuentan con nuestro respaldo y colaboración en cada paso. Así, aunque participamos activamente en la definición de la misión estratégica, preferimos no intervenir en la operativa diaria del negocio.

En definitiva, junto a la financiación, el venture capital aporta conocimiento, fundamentalmente en aquellas áreas que son poco o nada familiares al emprendedor, con la vista puesta tanto en el largo plazo como en el corto, para estar al tanto de problemas y ayudar a resolverlos. No buscamos ser el mejor amigo del empresario, pero sí ser consejeros expertos, leales y sinceros.

 

El autor de este artículo es Alberto Gómez, socio director de Adara Venture Partners

 

 

 

 

 

Foto cc: Tellatic










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