lunes, 4 de noviembre de 2013

Un nuevo libro afirma que las apps limitan nuestra visión del mundo

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Amigos que comparten mesa en un bar y, sin embargo, conversan con otras personas vía WhatsApp, parejas que compiten en partidas de juegos para smartphone, niños que ven sus dibujos animados favoritos en la tableta de su padre, adolescentes que suben cada día una nueva foto de sí mismos a Tuenti, Facebook o Instagramlas apps han abierto nuevas posibilidades para el ocio y las relaciones, pero ¿están cerrando otras?

Para los investigadores estadounidenses Howard Gardner y Katie Davis, la influencia que las aplicaciones móviles e informáticas ejercen sobre sus usuarios, especialmente sobre aquellos más jóvenes, es decisiva, y afecta a aspectos de su vida como su imaginación, su intimidad e, incluso, su propia identidad.

Así lo argumentan ambos en su libro The App Generation: How Today’s Youth Navigate Identity, Intimacy and Imagination in a Digital World, que se basa en un estudio de años sobre varias generaciones de jóvenes, y del que el New York Times ha publicado una reseña. La obra intenta explicar de qué forma se ven los adolescentes a sí mismos en un mundo dominado por la conexión móvil a Internet y en el que muchos ritos sociales ya son digitales.

A Davies y Gardner les preocupa que algunos chavales sean demasiado dependientes de las aplicaciones en su tiempo de entretenimiento y juego, puesto que éstas, sostienen, podrían estar reprimiendo sus capacidades creativas de forma prematura.

Asimismo, las entrevistas que han mantenido con niños y adolescentes les han llevado a concluir que redes sociales como Facebook, Instagram o Tumblr hacen que los menores construyan una imagen de sí mismos deformada, puesto que se basa en interacciones públicas en las que cualquiera puede participar, en lugar de sustentarse sobre relaciones íntimas y personales.

Los autores sostienen que es preocupantemente fácil que los jóvenes empiecen a ver limitada su experiencia del mundo y de quienes los rodean a través de las aplicaciones, y que lleguen a pensar que un mensaje directo en Twitter establece un nivel de comunicación más íntimo que una conversación cara a cara.

“Un mundo repleto de aplicaciones puede ser maravilloso, pero, aun así, deberíamos preguntarnos si la vida es –o si debería ser- un simple conjunto de apps o una aplicación única e inimitable”.

 Foto cc: IntelFreePress










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