¿Qué pasa cuando las tecnológicas intuyen que un nuevo mercado puede llegar a despegar? Que todas se alborotan y empiezan a incursionar en él sin muchos miramientos. Esto es justo lo que está ocurriendo con los relojes inteligentes, sector que aún no ha eclosionado –según Canalys cerraremos 2013 con sólo medio millón de smartwatches comercializados en todo el mundo– pero al que cada vez más compañías dan el salto, o lo darán en el futuro cercano como por ejemplo el fabricante de teléfonos ZTE.
Así lo ha confirmado Lu Qianhao, director de marketing de la empresa, en una entrevista concedida al Wall Street Journal. En concreto declaró que planean dar a conocer su propio smartwatch en el primer trimestre del próximo año, y comenzar a comercializarlo en el segundo trimestre primero en China y después gradualmente en Europa y EE UU (de Latinoamérica no dijo nada).
Sobre las características del dispositivo, Qianhao se limitó a explicar que el reloj inteligente tendrá especificaciones técnicas parecidas a las del resto de los que ya hay en el mercado y que sólo será compatible con smartphones de la marca (aunque también comentó que están considerando lanzar otros modelos que funcionarán con todos los smartphones Android. Imaginamos que dependerá de lo bien que funcione en ventas el primero).
En cuanto a precio, tampoco concretó cifras. Sin embargo, dejó claro que lo venderán a precios más bajos que los que tienen otros smartwatches de similares prestaciones porque se están centrado “en el mercado general”. Es decir, que van a replicar el modelo que aplican en el sector de los smartphones consistente en comercializar terminales bastante decentes a precios muy asequibles.
En este caso, si tenemos presente que el Galaxy Gear de Samsung ronda los 300 euros y el SmartWatch 2 SW2 de Sony los 200 euros, podemos deducir que el precio seguramente estará en la horquilla de los 100 a 200 euros (en principio precio competitivo pero habrá que esperar a verlo para valorar si es caro o no; todo depende de lo que ofrezca).
Resumiendo ZTE, al igual que hace la mayoría de empresas de tecnología chinas, ha optado por olvidarse del tema innovación y competir a base de romper precios, un plan que casi seguro en este campo no les funcionará. Las razones son varias y principalmente una, la misma que está provocando que ninguno de los relojes inteligentes del mercado haya cosechado grandes ventas: se limitan a ser poco más que una segunda pantalla del smartphone.
Así que toca seguir esperando a que alguna de las tecnológicas que tienen la innovación metida en su ADN y aún no han incursionado en el sector de los smartwatch –Apple o Google por ejemplo– decida hacerlo para ver si consiguen presentar un auténtico reloj inteligente.
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