domingo, 5 de enero de 2014

Nace el primer catálogo de impresoras 3D fabricadas a nivel mundial

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El uso de las impresoras 3D, se está regularizando hasta el punto que dentro de poco lo podremos utilizar como un electrodoméstico más de nuestro hogar. Lo que hace algo más una década parecía casi imposible, por el mero hecho de que su utilización estaba destinada exclusivamente a fabricar piezas industriales, ahora ya parece un hecho real, ya que sus elaboraciones se han diversificado hasta poder crear objetos cotidianos como una cuchara, una lámpara o una silla.

Aunque lo cierto es que aunque veamos cerca su utilización doméstica, las restricciones por parte de los materiales que se pueden utilizar en una casa son mucho menos diversos que los que se pueden utilizar en fábricas. Por ejemplo, cualquier impresora de bajo coste puede trabajar con termoplásticos como PLA o ABS, presumiblemente servibles para hogares. Pero hay otras impresoras de un coste más alto y como hemos dicho antes, diseñadas solamente para fábricas industriales, que pueden llegar a trabajar con metales, fotopolímeros o resina líquida, y cuya resistencia según Janjaap Ruijssenaars, arquitecto holandés, “es idéntica a la de los materiales convencionales”.

La impresión 3D en pleno crecimiento

Desde 2003 el crecimiento que ha habido en la venta de impresoras en 3D ha sido descomunal, así como su reducción en el coste del utensilio. La consultora independiente Wohlers Associates estima en su último informe anual que el crecimiento medio del sector de la impresión 3D ha sido del 25,4% en los últimos 25 años y que continuará creciendo a un ritmo de dos dígitos en el futuro hasta alcanzar una facturación de 10.800 millones de dólares en 2021.

Debido al ‘boom’ que se ha producido alrededor de dicho artilugio, prácticamente todas la empresas dedicadas a los sistemas informáticos se han querido sumar a la elaboración de maquinaria en tres dimensiones.

Imprimalia3D, portal líder en español con aspiración Global

El portal Imprimalia3D, portal líder en español dedicado a la impresión en 3D, ha creado un catálogo en español en el que se recogen todas las impresoras 3D que existen en el mundo.

Dicho catálogo nos permite una búsqueda rápida e intuitiva entre los 140 modelos fabricados en 23 países diferentes ya se por nombre dels dispositivo, fabricante, tecnología empleada, el tamaño de impresión, el espesor de la capa, el país de origen o el precio orientativo. Además , también podemos comparar las diferentes impresoras y se incluye: cuando se han producido, valoraciones y comentarios de los usuarios que han tenido acceso o experiencia en la utilización de cada máquina. A través del catálogo de Imprimalia 3D hemos podido comprobar que la impresora más barata ronda los 150€ y es de fabricación norteamericana, mientras que la más cara está alrededor de los 18.000€.

También ha sido muy sencillo comprobar cuáles son las impresoras 3D de origen iberoaméricano, aunque pronto se irán incluyendo varias debido a que aún están en fase de pruebas o de financiación. De estas ocho, cinco se han fabricado en España y tres en Argentina, y son: Voladora, fabricada por la empresa Tumaker (País Vasco); la bq Witbox, de la empresa Marcha Technology (Navarra); la Repemaker, de Makealo (Andalucía); la Trylo, de Easysolid (Cataluña), y la BCN3D+, de Rep Rap BCN (también de Cataluña). Argentina aporta a la lista la Maker T125, de la empresa Kikai Labs, y dos impresoras fabricadas por Trimaker: la Trimaker Beta y la T Black.

En el mismo además figuran también modelos genéricos desarrollados como ‘open hardware’, principalmente por el movimiento ‘RepRap’, de forma que cualquier aficionado puede fabricárselos utilizando materiales más o menos estándar.

¿Qué es ResRap?

RepRap es un proyecto de software libre, cuya principal iniciativa es crear una máquina de prototipado rápido, es decir, una impresora en tres dimensiones que sea capaz de fabricar objetos en base a un modelo creado antes en un ordenador. La autorreplicación, según dice Adrian Bowyer, principal autor de RepRap, consiste en poder construir un replica de la maquinaria con un coste bastante bajo y que esté al alcance de cualquier individuo o comunidad.

RepRap, que empezó a ponerse en marcha en 2004, lejos aún de la popularización de las impresoras 3D, es ahora una de las ramas más importantes de todos los proyectos emergentes. La iniciativa cuenta con el apoyo de profesionales de todo el mundo y su desarrollo está siendo rápido y eficaz.

No cabe duda que las impresoras en 3D son un desarrollo que cambiarán nuestra forma de vida, desde poder crear un pantalón o una silla, hasta poder hacer lo mismo con unos cimientos de una casa o un puente, como crear piezas de un cohete de la NASA o tantos otros usos peculiares. La única duda es saber cuándo esta máquina, que ahora se está haciendo tan popular, podrá entrar en nuestras casas como un electrodoméstico más. Para ello prece que tendremos que esperar a que las empresas puedan bajar aún más sus costes para que el precio pueda ser asequible a todos los bolsillos.

Imagen: Gizmología






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