En los últimos años, las redes sociales o las cuentas de correo electrónico se han convertido en nuestras principales intermediarias a la hora de relacionarnos con los demás y son una ventana de exhibición al exterior. Sin duda, Facebook es la red social más popular en todo el mundo con más de mil millones de usuarios a finales del pasado año. Solo en España, uno de los países donde se usa con mayor avidez, 18 millones de habitantes son usuarios activos mensuales de Facebook, de los cuales,12 millones, lo son también a diario.
Desde su nacimiento, estos medios online han evolucionado velozmente y ha mejorado sus funcionalidades. Además, la necesidad de darnos a conocer en Internet para hacer nuevos amigos o estar a la moda han provocado que cada vez más internautas creen sus perfiles en Facebook, así como a otras redes sociales estrellas del momento (Twitter, Linkedin o Google +) y son pocas las personas que no tienen alguna cuenta de correo electrónico en Google, Hotmail o Yahoo!. A través de estas plataformas mostramos nuestros perfiles, hacemos comentarios o comunicamos cuáles son nuestras aficiones favoritas. Gracias a ello, los demás saben mucha información sobre nosotros.
Pero, ¿nos hemos preguntado alguna vez qué pasará con nuestras cuentas cuándo muramos? ¿Se cerrarán para siempre o viviremos eternamente en el mundo online? Es sorprendente el dato de que tres usuarios de Facebook mueren cada minuto y ya son más de 30 millones de cuentas en esta red las que pertenecen a personas fallecidas. Un 47% de los adultos accede a Facebook pero sólo un 20% se ha preguntado qué sucederá con su perfil después de la muerte. Se estima que entre el año 2060 y 2130 haya más gente muerta que viva en Facebook.
Para desvelar este misterio, hoy presentamos una infografía, realizada por WhoIsHostingThis?, donde se destapa qué hacen Facebook, Twitter o Google con nuestras cuentas cuando fallecemos y qué deben hacer nuestros seres queridos para eliminarlas. Cada empresa tiene su propia política de privacidad. En el caso de Twitter, por ejemplo, no se proporciona el acceso a la cuenta de cualquier persona, independientemente de la relación con el difunto aunque sí la empresa permite desactivar la cuenta. De momento, esto es sólo un adelanto.
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