Ya sabíamos que el mejor amigo del hombre es mucho más listo de lo que parece. Ahora sabemos que su cerebro tiene mucho que ver con el nuestro. Es el resultado de un estudio de la universidad húngara Eötvös Loránd y publicado en el número de Current Biology del pasado 20 de febrero por uno de sus autores, Attila Andics. Los perros procesan las voces y las emociones de modo similar al ser humano. Quizá los amantes de los perros ya lo sabían, pero ahora tienen un estudio científico que lo confirma.
El equipo responsable, dirigido por Ádám Miklósi, especialista en inteligencia y conducta canina, se basa en el descubrimiento de zonas del cerebro humano sintonizadas con las voces, compartidas con los monos según demostraron otros estudios previos. Los investigadores entrenaron a seis golden retrievers y cinco border collies para aguantar inmóviles dentro del escáner MRI (y, pese a la experiencia, posan en la foto hasta con orgullo junto al escáner).
La verdad sobre perros y cerebros
Tanto los 11 perros como un grupo de control formado por 22 hombres y mujeres escucharon unas 200 grabaciones de voces humanas y ladridos. Las zonas de procesamiento de voces en el cerebro humano respondieron a las voces humanas, mientras en los perros se activaron las mismas regiones con los ladridos. Y lo que es más interesante, ambas especies reaccionaron de forma similar en respuesta al tono emocional.
Desde luego, el estudio muestra diferencias. Los humanos sólo respondemos a la voz, mientras que los perros reaccionaron también a sonidos no vocales. Y los perros mostraban cierta sensibilidad a la voz humana, pero no a la inversa. Vamos, que en los cerca de 15.000 años que llevamos juntos, según Wired, los perros han aprendido más de nosotros que nosotros de ellos.
Es interesante notar que esos milenios en común no son los responsables de la similitud cerebral. Los perros no han adquirido esa forma de procesamiento mental por haberse juntado con el ser humano, sino quizás al revés: se han convertido en el mejor amigo del hombre porque de alguna manera lo comprenden. En resumen, además de poner un dispositivo para monitorizar los pasos de tu perro, quizá tengas que explicarle por qué. Y hacerlo con tacto.
Imagen: Borbala Ferenczy
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