Puede que el metal líquido del Terminator T-1000 fuese idóneo para proporcionarle su capacidad camaleónica, pero puede que sus creadores se hubieran basado en otro material si hubiesen conocido al profesor Ray Baughman, director del Instituto de Nanotecnología y su equipo de la Universidad de Texas, Dallas. Su espectacular logro, un músculo artificial capaz de levantar 100 veces el peso de un músculo natural del mismo tamaño, está creado con… sedal de pesca.
La cosa no acaba ahí. Cien veces el peso de un músculo natural, cinco veces más potente que un coche, gracias a sus 7 caballos de potencia por kilo, y mil veces más barato que los nanotubos de carbono, que protagonizaron el anterior intento muscular de Baughman en 2011. En esa ocasión, el profesor logró un músculo artificial capaz de rotar un objeto 2.000 veces más pesado que el propio músculo.
El sistema, además, no puede ser más sencillo. Los investigadores crean una apretada espiral con el sedal. Al calentarlo, se contrae todavía más, levantando nada menos que 7 kilos con un único sedal, conservando la tensión original de la espiral y sin despeinarse. Los músculos creados con sedales en espiral se podrían controlar con precisión mediante el sencillo control del calor que se les transmite.
Baughman indica que “la energía por ciclo que obtenemos de estos músculos artificiales, y sus capacidades para levantar peso, son extraordinarias. Pueden levantar un objeto unas 100 veces más pesado y generar unas 100 veces más potencia que un músculo natural del mismo peso y longitud”.
El prometedor futuro del sedal
En declaraciones a Io9 (en su artículo incluyen unos vídeos en los que puedes ver los sedales en acción), Baughman habla de los posibles usos futuros de esta “nueva” tecnología. En primer lugar está, desde luego, el desarrollo de músculos para robots humanoides, pero también la creación de tejidos que cambien su capacidad porosa en respuesta al ambiente, prótesis, filtros de gas o líquido, arquitectura a nanoescala, sensores térmicos, etc.
Una versatilidad que parece acabar donde acaba la imaginación. De hecho, el uso más interesante para este poderoso músculo artificial… No lo sabemos. Baughman no ha compartido la aplicación “más extraña, tanto por razones de publicación como de patente”. En todo caso, es cierto que la tecnología tiene un amplio futuro por delante, si tenemos en cuenta que el sistema de músculos artificiales vigente, las aleaciones con memoria de forma, tiene más de 50 años. “Nuestra tecnología sólo tiene un año de edad. Esto es sólo el principio”.
from TICbeat http://ift.tt/1ckq259