De todas las aplicaciones móviles de mensajería instantánea que existen actualmente en el mercado, FireChat es, sin duda, la única que es realmente única en algo: no necesita que su usuario esté conectado a Internet para chatear.
Evidentemente, las capacidades de FireChat tienen matices: sus creadores han aprovechado una funcionalidad que apareció en los iPhones tras la actualización a iOS 7, llamada “conectividad multipeer”, que permite, así, el envío de mensajes entre dispositivos que se encuentren separados por una distancia menor a 100 pies, es decir, 30 metros.
Como ha declarado a la revista Technology Review Micha Benoliel, el consejero delegado de la empresa responsable de FireChat, Open Garden, la esperanza de sus creadores es que ésta sea el principio de muchas aplicaciones y herramientas de software que consigan “liberar a los smartphones de las redes móviles”. El paso, afirma Benoliel, es decisivo para campos como los juegos multijugador o las apps de comunicación.
La ventaja de disponer de una red de comunicación de dispositivo a dispositivo no es solo económica. Sus creadores aseguran que se puede ganar mucho, también, en privacidad de los usuarios. Nadie puede interceptar un mensaje que circule entre dos usuarios mediante este sistema, de forma que ni siquiera grandes cortafuegos como los existentes en regímenes autoritarios como el de China o el de Corea del Norte franquearían el paso a los chats de FireChat.
Además, el de FireChat es un sistema que resulta muy adecuado para llevar la mensajería instantánea gratuita a todos aquellos países en los que la tecnología móvil aún es emergente y las infraestructuras de comunicación resultan mínimas.
La seguridad, en cambio, no es tanta. Si los dispositivos comparten públicamente su conexión, no resultaría difícil que algún entrometido pudiera inmiscuirse en conversaciones ajenas.
De momento, FireChat solo funciona comunicándose de dispositivo a dispositivo o de un solo dispositivo a varios más, pero la intención de sus creadores es que, poco a poco, se pueda ampliar la red de comunicación para que, por ejemplo, se pueda establecer una conexión con varios dispositivos intermediarios que llegue a permitir ampliar la distancia máxima de 30 pies de la que antes hablábamos.
Foto cc: Yutaka Tsutano
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