miércoles, 5 de marzo de 2014

Impresión 3D, el tamaño sí importa

contour_crafting

Cayendo en el tópico, podemos afirmar que en la impresión 3D el tamaño sí que importa. Ya sea por inmenso o por minúsculo, el tamaño de fabricación es, posiblemente el apartado más importante de la impresión 3D. Para el uso doméstico, lo más demandado son impresoras 3D de lo que calificaríamos como tamaño medio, que podría ir desde los 2 hasta los 20 centímetros de lado. En el caso de uso industrial nos podemos encontrar con piezas de más de un metro y para usos en joyería u ortodoncia, por ejemplo, podemos hablar de piezas por debajo del centímetro. Hoy vamos a hablar de tallas grandes y dejaremos los tamaños pequeños para otra entrega. 

Una tecnología para cada aplicación

Las diferentes tecnologías de impresión 3D son más adecuadas para algunas aplicaciones que otras. La estereolitografía es sin duda la más atractiva para la realización de piezas pequeñas o minúsculas, muy utilizada en joyería y medicina. Mediante el curado de una resina fotopolímera, ya sea con un láser ultravioleta o con un proyector DLP, también con luz ultravioleta, podemos conseguir precisiones increíbles y difícilmente alcanzables con otra tecnología. Aunque veremos que también podemos alcanzar tamaños ‘mastodónticos’.

La fabricación por filamento fundido (FFF) es ideal para piezas de tamaño medio que además no requieran de una excesiva precisión. El proceso de calentar el plástico y extruirlo por un orificio, que puede llegar a ser de tan sólo 0,2 milímetros, nos da buenos resultados, aunque adolece de problemas inherentes al propio material de fabricación. Por ejemplo, el ABS, y otros polímeros termoplásticos, se contraen al enfriarse, provocando unas tensiones que hacen abombarse las piezas si no se hacen de forma adecuada.

El sinterizado selectivo por láser (SLS) alcanza precisiones parecidas a la estereolitografía, aunque está más enfocado a tamaños medios.

Otras tecnologías, como la proyección aglutinante o el laminado también ofrecen buenos resultados a tamaños medios, aunque no son, de momento, buenas candidatas para grandes piezas. 

Tamaño XL

Como decíamos anteriormente, vamos a casi romper un mito, ya que con la estereolitografía podemos realizar una pieza de hasta 2100x700x800 mm. Para ello tenemos que usar una máquina que se llama Mammoth (Mamut), un nombre que le viene al pelo. Esta máquina la podemos encontrar en las instalaciones de Materialise, en Bélgica, donde la utilizan para hacer, ya sea un paragolpes de un vehículo o multitud de piezas más pequeñas de una sola tirada.

Si utilizamos la tecnología FFF -que también se conoce comercialmente como FDM-, nos encontramos con máquinas de Stratasys que casi llegan al metro cúbico, aunque no me atrevo a preguntar el precio porque seguro que me faltan ceros en mi cuenta corriente.

Hay un interesante proyecto que llega de Alemania, se llama BigRep ONE, recientemente añadida al catálogo de Imprimalia 3D. Se trata de una impresora 3D tipo FFF para realizar piezas de poco más de un metro cúbico, 1147x1000x1188 mm, según indican sus desarrolladores, a un precio de unos 28000 euros, algo al alcance de mucha más gente.

 

Mesa realizada con la impresora 3D BigRep ONE

De momento tiene buena pinta, aunque estamos a la espera de que salgan las primeras unidades y poder hacer una valoración de su rendimiento y sus resultados. Eso sí, los tiempos de fabricación crecen con el tamaño y la mesita que vemos en el vídeo requirió cinco días, así que cualquier fallo que se produzca en medio de una impresión nos puede acarrear un retraso de varios días. 

Tamaño XXL

Sin duda, hablando de tamaños grandes, la palma se la lleva el proyecto holandés de construir una casa a orillas del canal de Ámsterdam, el ‘3D Print Canal House’. El equipo de arquitectos que está detrás del proyecto pretende utilizar una impresora 3D de 2x2x3,5 metros para fabricar las piezas de la casa, la Kamermaker, una impresora 3D ‘portátil’ de gran tamaño.

Colocando la Kamermaker para empezar la producción del 3D Print Canal House

Aunque el proyecto pueda sonar un poco a estrategia comercial, parece que van en serio y tienen el respaldo del gigante de los pegamentos Henkel, el Ayuntamiento de Ámsterdam o la Fundación DOEN. De hecho ya han instalado la Kamermaker y empezado a fabricar las piezas de la casa.

Otro importante proyecto es el de realizar una gigantesca impresora 3D que permitiría ‘imprimir’ una casa en unas 24 horas. En este caso se utiliza mortero como material de fabricación que es depositado por el cabezal de forma que va creando las paredes.

Imagen virtual de la aplicación del ‘contour crafting’

El proyecto lo lidera la Universidad de Southern California y utiliza la técnica del ‘contour crafting’.

Esta es la tecnología que se pretende exportar a la Luna en un futuro y que permitiría la construcción de edificios utilizando roca lunar como materia prima, aunque, con los pies en la tierra, de momento es más probable que sea utilizada como medio de producción de viviendas de emergencia tras catástrofes o viviendas de bajo coste para zonas deprimidas.

Sea cual sea el tamaño que buscamos, la impresión 3D se va adaptando a nuestras necesidades, así que no nos extrañemos cuando veamos una máquina construyendo un puente o un rascacielos, simplemente es cuestión de tamaño, porque la tecnología ya está aquí.

 

El autor de este artículo es Jorge Pérez; responsable de tecnología, redes sociales y marketing en Imprimalia 3D, estudió ingeniería técnica electrónica aunque ha desarrollado su carrera profesional en el mundo de la comunicación y el marketing sobre temas científicos y tecnológicos. Ha sido asesor en comunicación de distintas entidades y escribe para varias publicaciones internacionales.






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