Apple se acaba de unir a Netflix, Facebook y demás grandes tecnológicas que durante estos días andan dando a conocer sus últimos resultados financieros. Lo han hecho con la publicación de un nuevo informe en el que recopilan los correspondientes a su segundo trimestre fiscal de 2014, finalizado el 29 de marzo de este año, y en base al mismo podemos decir que los de Cupertino han vuelto a romper todos los moldes.
No es una opinión subjetiva nuestra, es lo que apuntan los hechos. Por ejemplo tenemos que en los últimos tres meses, Apple ha generado unos ingresos que ascendieron a 45.600 millones de dólares, con lo que han roto sus propias previsiones -entre 42.000 y 44.000 millones de dólares de ingresos-, las de los analistas -la mayoría esperaban que rondaran los 43.000 millones de dólares-, y subido un cinco por ciento en ingresos respecto al mismo periodo del año anterior en el que cosecharon unos por valor de 43.600 millones de dólares.
Lógicamente con semejante volumen de ingresos, los beneficios también han sido buenos. A este particular encontramos que en su último trimestre fiscal la compañía de la manzana alcanzó los 10.200 millones de dólares de beneficio neto, o 11,62 dólares por acción, lo que supone que crecieron un siete por cierto al compararlos con los del mismo periodo de hace un año -9.500 millones de dólares-, gracias en gran parte a que los márgenes brutos también han subido -fueron del 39,3%, y hace un año del 37,5%-.
Llegados a este punto, la pregunta obvia es qué ha provocado el crecimiento de ingresos y beneficios. La respuesta está clara, sobre todo el iPhone, porque resulta que el smartphone de Apple se sigue vendiendo como pan caliente. En concreto 43,7 millones de iPhones vendieron de enero a marzo de 2014, frente a los 37,4 millones del mismo trimestre del año pasado, un dato estupendo impulsado en parte por el acuerdo firmado entre China Mobile y Apple.
Y aun así, todo el mundo quiere más
Así que lo que decíamos, la maquinaria de Apple continúa bien engrasada y produce dinero por un tubo. Sin embargo los buenos resultados vistos no han sido suficiente para que se disipe el halo de desconfianza que inversores y analistas mantienen en torno a la compañía desde hace tiempo.
Por un lado se muestran contentos por el último informe de resultados, pero por el otro siguen cautelosos porque contextualizado en un marco de tiempo amplio confirma que la tendencia de desaceleración de la empresa continúa. O dicho de otra forma, las ventas de sus dos productos estrella, el iPad y el iPhone, van bien, pero siguen relentizándose y con ello el ritmo general de crecimiento de la compañía (que antaño era brutal y ahora bueno aunque nada que ver con las cifras de por ejemplo la época en la que inauguraron el iPhone).
A todas luces, con los datos en la mano, se tratan de cautelas excesivas, aunque en una cosa tienen razón: Apple necesita estrenar no tardando mucho alguna nueva categoría de producto, sino en el medio-largo plazo lo van a pasar mal porque la competencia en los segmentos de tabletas y smartphones cada vez es más feroz, y porque ambos se desaceleran un poco más a cada año que pasa.
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