Que tres cuartas partes de la población ya sean usuarias de Internet no es suficiente. Como tampoco lo son los esfuerzos del gobierno por digitalizar servicios públicos y por desarrollar infraestructuras. A España le queda mucho por recorrer en la innovación, y ése parece ser su único camino hacia la transformación económica.
Lo dice un informe que acaba de presentar el Foro Económico Mundial, en el que estudia el estado de desarrollo de las nuevas tecnologías en 148 países y señala los retos y los temores de un futuro guiado por el Big Data, en los cuales destaca, cómo no, la privacidad de los usuarios.
El Foro habla de una brecha digital mundial, que continúa separando, pese a la locura de las redes sociales y los smartphones, a las economías desarrolladas de las emergentes, y señala la existencia de brechas de este tipo dentro de las distintas regiones.
Europa no se salva, y tiene su propia brecha. Muchos países europeos lideran las clasificaciones del Foro, en especial los nórdicos y los occidentales, mientras que otros, sobre todo los del sur y el este del continente, se mantenen por detrás. Es el caso de Portugal y España, que se mantienen estables en los puestos 33 y 34, respectivamente, del ránking de impacto de las nuevas tecnologías. Los autores del informe señalan que España debe centrar sus esfuerzos particularmente en la innovación, ya que se mantiene en la 51ª posición de la lista mundial de ecosistemas innovadores. El estudio se refiere al impacto de la crisis financiera en ambos estados y asegura que la innovación es muy necesaria para la transformación económica de ambas naciones.
Por lo demás, el Foro Económico Mundial indica que la brecha digital global se mantiene, a pesar de los esfuerzos desarrollados por las naciones emergentes. Finlandia, Singapur, Suecia, Países Bajos, Noruega, Suiza y Estados Unidos continúan ocupando las primeras posiciones de sus ránkings de innovación e impacto tecnológico, mientras que China, Brasil e India, a pesar de las esperanzas que el sector tenía depositadas en ellos, han visto cómo sus niveles descendían, entre otras cosas, debido a la desigualdad existente dentro de sus propias sociedades.
El Foro Económico Mundial ha manifestado que alberga notables dudas sobre “la capacidad actual de los países en vías de desarrollo para aprovechar todo el potencial que las nuevas tecnologías pueden ofrecerles”.
Foto cc: geirt.com
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