Casi sin darnos cuenta Internet se ha colado en nuestras vidas y ha conquistado más y más parcelas de nuestra actividad diaria. Pero no solo eso: la Red ya no es exclusiva de las personas y el uso que éstas hacen de ella, sino que cada vez se encuentra en más objetos de la vida cotidiana. Dispositivos móviles de todo tipo, electrodomésticos, sensores que cada vez pueblan en mayor medida nuestras ciudades… El llamado ‘Internet de las cosas’ empieza a ser una realidad y la tendencia de futuro pasa por una conquista absoluta que abarque no solo los objetos sino también a las propias personas a las que ya está cambiando la forma de actual y relacionarse y los procesos de negocio. Es, como acertó a llamar la consultora Gartner, experta en este tipo de denominaciones, Internet of everything (Internet de todas las cosas), una tendencia clara que una firma señera en la historia de la propia Red como es la empresa de conectividad Cisco abandera y trabaja para darla a conocer a la sociedad.
Precisamente con este objeto, el de profundizar en este concepto, la tecnología que tiene detrás y las oportunidades que trae consigo a personas individuales, empresas y organismos públicos, Cisco dedicará su evento anual, Connect, que se celebra el 8 de mayo en Madrid, al Internet of everything. Una cita organizada con la colaboración de Intel, un socio habitual de la firma de networking, y en la que cloud, la movilidad, la colaboración y la conectividad en el ámbito del vídeo, big data, las redes definidas por software y la seguridad serán algunos temas sobre los que ahondarán estas compañías de mano de diversos expertos del mercado de empresas como BT, Citrix, EMC, IBM, Microsoft y Netapp, entre otros.
Una tendencia más disruptiva que la Revolución Industrial del XIX
Pero ¿por qué este interés por el Internet de todas las cosas? “Será una tendencia que transformará todos los mercados e impactará en todas las industrias”, indicaba a la prensa en la presentación del evento José Manuel Petisco, director general de Cisco en España. Jorge Lang, director de Innovación y Soluciones de Intel Corporation para el sur de Europa, añadía: “No somos conscientes de lo que va a impactar el Internet of everything, lo hará aún más que la revolución industrial del siglo XIX”.
El directivo de Cisco recordaba la elevada oportunidad que conlleva el llamado Internet of everything: “Moverá 19 billones de dólares (14,5 billones de euros) en todo el mundo, de los cuales 14,4 billones se generarán en el ámbito privado y 4,6 billones del público”. Solo en España la oportunidad que supondrá para el sector público es ingente y alcanzará, según Petisco, los 106.000 millones de dólares.
Una oportunidad que, en su opinión, los entes públicos deberían aprovechar para ganar eficiencias y generar ahorros en un momento de presupuestos ajustados y crisis económica. Para Petisco, el caso de Barcelona es ejemplarizante. Se trata de la urbe más avanzada en España en el concepto de smart city (ciudad inteligente). “Gracias a la apuesta del Ayuntamiento de Barcelona por esta tendencia ahorrará 58 millones de dólares al año en la gestión del agua, 37 millones de dólares en la del alumbrado y 50 millones en la gestión de los aparcamientos públicos”, indicó el portavoz.
Jorge Lang añadió por su parte que, además de haber cada vez más sensores conectados a Internet en múltiples objetos, “éstos tendrán más inteligencia para poder tomar decisiones por sí mismos. Por ejemplo, en el caso de una plaza de aparcamiento, un sensor inteligente puede indicar si está o no ocupada con el ahorro de costes y mejora de eficiencia correspondiente”.
Todo, pero todo, conectado
El Internet del “todo” conectado no solo abarca, como decíamos, objetos sino también a las propias personas y a los procesos de negocio. “Las personas serán una parte muy importante del Internet of everything –aseveró Lang–; Todos necesitamos un sexto sentido que nos oriente en un mundo que, a su vez, cada vez será más inteligente. Además, gracias a estas tendencias, las grandes megaciudades serán mucho más ‘vivibles”.
Por otro lado, esta tendencia traerá consigo una focalización en el individuo. “Pasaremos del café para todos a la personalización. Esto impactará especialmente en la oferta de los servicios y productos de las organizaciones y los anuncios publicitarios. Ya no serán generales para un grupo de gente sino personalizados al máximo en función de los gustos y preferencias de cada persona”, afirmó.
Pero, sobre todo, el ‘Internet de todas las cosas’ posibilitará la anticipación. “Analizar los datos en tiempo real nos permitirá predecir tendencias y tomar mejores decisiones para mejorar la gestión de las ciudades, la energía que se consume, etc.”, afirmó Lang, quien incidió, por otro lado, en la necesidad de dotar de máxima seguridad a todos los objetos conectados. “Todo estará conectado a Internet, a la Red abierta, no a redes privadas, y todo será susceptible de ser hackeado; así que hay que trabajar para que los dispositivos incorporen la tecnología de seguridad necesaria”, reconoció.
En definitiva, el futuro pasa por que “todo sea inteligente y esté conectado, un escenario en el que las personas estén integradas, en el que se gestionen grandes cantidades de información (big data), donde los hábitats sean más eficientes y los espacios más vivibles, y donde los procesos estén centrados en lo individual sin perder la masa”.
De la pura conexión al Internet de todas las cosas
El propio director general de Cisco se mostraba sorprendido por la celeridad con la que en unos pocos años se ha pasado de una etapa inicial de la Web en la que primaba la pura conectividad –“y en la que Cisco tuvo mucho que ver al inventar el router multiprotocolo que permitió conectar redes diferentes con distintos protocolos”, recordó–, a una segunda fase llamada de la economía conectada que trajo consigo la optimización de procesos y servicios (por ejemplo, el comercio electrónico) gracias a la web, para llegar a la etapa actual de experiencias inmersivas marcada por el auge de la movilidad, el cloud computing, las apps y las redes sociales. “Sin casi darnos cuenta hemos pasado por tres etapas en la vida de Internet y hemos pasado de la web economy a la app economy. La siguiente fase será el Internet de todas las cosas, es decir, en la que estén conectados dispositivos y sensores –ya hay más de 10.000 millones de objetos conectados y se espera que la cifra llegue a los 50.000 millones en 2020– pero también personas, procesos y datos”.
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