miércoles, 30 de abril de 2014

La prensa digital holandesa pasa del pago por suscripción al pago por noticia

La digitalización de la prensa y el cambio de modelo han modificado también el comportamiento de los lectores: más voraces, más impacientes, más infieles a las cabeceras. Dicha transformación ha tenido consecuencias económicas evidentes –¿quién va a pagar por un periódico si puede leerlo gratis en pantalla?, se lamentan muchos- pero también editoriales: ¿quién va a leer un periódico construido por otros cuando puede configurar el suyo en la red?

Es ese movimiento el que parece haber inspirado a los fundadores de Blendle, una nueva empresa digital holandesa de cuyo nacimiento se hace eco El País. A pesar de que Holanda continúa siendo un país en el que los periódicos de pago entran en el 50% de los hogares, los lectores demandan algo diferente, inspirado por la libertad de movimientos de la red. Así, Blendle ofrece a sus suscriptores toda la información publicada por 40 periódicos y revistas, en un marketplace en el que cada artículo cuesta entre 10 y 25 céntimos de euro.

Bautizado por muchos como “el iTunes de la prensa”, Blendle pretende demostrar a la prensa y a los lectores que es posible vivir de la prensa en Internet sin tener que depender de la publicidad para obtener beneficios.

Alexander Klöpping y Marten Blankesteijn, los dos jóvenes fundadores de Blendle, han conseguido reunir el apoyo de 15 de los grandes editores del país, además del de su gobierno, que ha aportado 100.000 euros al proyecto. Casi todos los actores del sector editorial en Holanda parecen estar de acuerdo en que cobrar por artículo resulta más factible que pedir una cuota mensual a suscriptores que pueden darse de baja de golpe.

De cada artículo vendido en Blendle, el 70% es para quien lo edita, y el 30% se destina a la plataforma. Los recién llegados disfrutan de una promoción de bienvenida, en la que se les regalan 2,5 euros para que empiecen a moverse por la plataforma. Blendle, además, elabora listas con los artículos más leídos o polémicos y permite que éstas sean compartidas a través de las redes sociales con otros internautas ajenos a la plataforma.

Los menos convencidos por este nuevo modelo manifiestan su temor a una pérdida de calidad del periodismo, en el que el prestigio de las cabeceras se diluya y el kiosco diario se convierta en una especie de subasta de titulares. Otra de las críticas que despierta Blendle es su manejo de la privacidad de sus usuarios: resulta delicado pensar en una plataforma en la que quede registrado quién compra cada noticia.

Foto cc: Jim Bahn






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