Cuando mis amigos me contaban hace años que Adeyemi Ajao había sido uno de los fundadores de Tuenti, la popular red social de origen español, guardaba las distancias y me concedía el beneficio de la duda porque ya se sabe que en estas historias de jóvenes triunfadores y millonarios en la era los Zuckerberg and co la ‘rumorología’ desvirtúa la realidad y la dota de fantasía e, incluso, hace que pase al grado ya de leyenda urbana –más, si cabe, cuando en la España de aquella época tener un conocido que estaba triunfando en los negocios era algo raro o poco creíble–. Coincidí con Adeyemi en un colegio mayor durante mi primer año como estudiante en Madrid, concretamente en el Elías Ahúja. La verdad es que apenas tuvimos contacto porque nos juntábamos con diferentes grupos de amigos, yo era novato y él ya había tomado la medida al Madrid universitario y eso marcaba las diferencias en ritmos de vida. Sí recuerdo que era una persona activa dentro de las actividades del colegio, principalmente en el grupo de teatro y, por lo que me han contado personas más cercanas a su círculo de amigos, era muy exigente consigo mismo y tenía una fuerte determinación en conseguir los objetivos que se marcaba.
Diez años después de ese curso universitario de convivencia bajo el mismo techo, nunca se me pasó por la cabeza que iba a tener la ocasión de entrevistarle vía Skype con la excusa de conocer cuáles eran los detalles de la operación de la venta de Identified –startup de social sourcing que empezó a desarrollar junto a su socio Brendan Wallace en 2010, mientras terminaban un MBA en entrepreneurship en Stanford– a Workday, compañía multinacional estadounidense fundada en 2005 y especializada en el desarrollo y venta de aplicaciones de software en la nube a empresas de todo el mundo para la gestión de sus recursos humanos y finanzas. Fruto de la labor que han desarrollado en Identified innovando en la manera de ayudar a recruiters y a empresas a comprender y filtrar la cantidad de información que hay en Facebook sobre perfiles profesionales de sus usuarios, ha estado llamando la atención de más de una gran compañía de Silicon Valley y ha sido finalmente Workday la que se ha llevado el gato al agua. Este hecho noticioso es el motivo principal de esta entrevista pero, aunque desde hace un tiempo sí que parece que los medios españoles empiezan a hacerse eco de su impresionante historial como serial entrepreneur de éxito, en TICbeat teníamos las ganas de profundizar un poco más en ciertos hitos del CV del malagueño, desde aquellos orígenes aún no del todo conocidos de Whoiswho –que es como se llamaba Tuenti en sus inicios– hasta llegar a su nuevo estatus como vicepresidente de Estrategia de Tecnología en Workday gracias a su brillante trabajo en Identified.
A sus 31 años, Adeyemi ha tenido tiempo de ser también cofundador de las startups de origen español Jobandtalent y Cabify,, invertir en empresas como Blink (adquirida por Groupon), Pixable (adquirida por Singtel), RelateIQ, Dollar Shave Club, Homejoy o Fing, y de patentar gracias a su trabajado en Identified una tecnología única en inteligencia artificial, SYMAN (Systematic Mass Normalization), con la que se pueden extraer datos de los usuarios que están en redes sociales como Facebook para filtrarlos, organizarlos y ofrecer información profesional relevante que ayude en los procesos de selección de personal.
Adeyemi es uno de los mayores referentes de una generación de jóvenes emprendedores españoles que están en la punta del iceberg de la industria de Internet. Es una de esas especies rara avis que tiene la capacidad de tener ideas únicas, ponerlas en marcha y conducirlas al éxito juntando equipos de gente complementaria y con capacidad de sacar una startup hacia delante. El de Mijas nos contesta a la llamada en un periodo nuevo en su vida, donde va a pasar de ser el cofundador y CEO de una startup de gran potencial a tener un cargo de alta responsabilidad en una gran compañía nacida en Silicon Valley y que cuenta en plantilla con más de un millar de empleados.
TICbeat.- El pasado mes de febrero conocíamos la noticia de la adquisición de Identified por Workday, multinacional americana con cotización en el Nasdaq. ¿Llevábais tiempo gestando esta operación?
Adeyemi Ajao.- La verdad es que nos ha venido un poco por sorpresa ya que no nos planteábamos vender Identified a no ser que fuera a una empresa como Workday. Sí hemos hablado con bastantes compañías que nos han preguntado, pero ninguna nos ha interesado tanto como Workday. Con ellos sí que compartimos una visión sobre todas las cosas que se pueden hacer si se aplica Big Data, analítica y algoritmos string matching a temas relacionados con los recursos humanos. Por lo tanto, aparte de que financieramente ha sido un exit para inversores, empleados y para el resto de personas que están en el entorno de Identified, ellos tienen algo que nosotros queríamos y es que nos ofrecen una plataforma desde la que podemos seguir desarrollando todos los productos en los que hemos estado trabajando hasta ahora. Por otro lado, vamos a estar ayudándoles en todos sus productos de recruiting aportando nuestro expertise en ciencia de datos y analítica.
TB.- Con Identified habías conseguido más de 20 millones de dólares de financiación, contabais con una base de datos de más de 1.000 millones de perfiles profesionales, y teníais clientes de prestigio internacional como Mackinsey, Google o Disney. ¿Cuáles son los principales motivos que os han llevado a tomar esta decisión? ¿Podrías darnos alguna de las cifras de la operación?
AA.- Todavía no podemos hacer públicos los datos de la compra de Identified, es una información confidencial. Realmente, el principal argumento de venta es porque pensamos que los productos que queremos desarrollar tienen más sentido dentro de Workday que por nuestra propia cuenta. Workday es una compañía que tiene acceso a muchos clientes y CEO globales y, con la oportunidad que existe en la actualidad para aplicar algoritmos que ayuden a empresas y a empleados a tomar mejores decisiones dentro del departamento de Recursos Humanos o acerca de cómo puede mejorar cada empleado en sus puesto, desde una pequeña startup como Identified hubiésemos tardado muchos más años en desarrollar los productos que hemos empezado y que tenemos en mente.
El principal argumento de venta de Identified es porque pensamos que los productos que queremos desarrollar tienen más sentido dentro de Workday que por nuestra cuenta”
TB.- Éste es tu segundo exit tras el logrado con el archiconocido caso español de Tuenti, startup que fue comprada por Telefónica en 2010. Tu historial como serial entrepreneur es vertiginoso. Remontándonos a tus orígenes como fundador de startups, ¿siempre rondó en tu cabeza la idea de convertirte en un emprendedor tecnológico o es algo que te ha ido llegando sin buscarlo intencionadamente?
AA.- El deseo de emprender siempre ha estado ahí. Por un lado, mi padre fue emprendedor y como todos los hijos nos miramos en nuestros padres como espejo. Él era ingeniero de los de verdad, de las ramas industrial y química, y creó bastantes infraestructuras en Nigeria, su país natal, y luego en Europa. Por otro lado, desde pequeño siempre me ha gustado mucho la tecnología y la ciencia, aunque no sé muy bien por qué, y cuando estaba en el colegio empecé a programar y formé parte de un grupo de hacking. Luego, cuando ya fui creciendo siempre tuve la idea de que primero quería hacer un training normal trabajando cuatro o cinco años para alguna empresa para aprender y después montar mi propia compañía. Sin embargo, la idea de Tuenti surgió en mi último año de universidad, a principios de 2005, cuando estaba haciendo un intercambio en Atlanta en la universidad. Recuerdo cuando alguien me enseñó Facebook por primera vez, durante una fiesta de Halloween. Yo era muy amigo de Félix Ruiz desde el colegio, le llamé al día siguiente y le dije: “Aquí hay una cosa que se llama Facebook, creo que puede ser muy interesante. A ti te va a encantar porque te dedicas a todos estos temas de relaciones públicas, discotecas y tal y además conozco a un programador que se llama Joaquín que creo que nos puede ayudar. Cuando vuelva a España hablamos”. Básicamente cuando vimos que ahí había una posibilidad y que nos podíamos lanzar pues mi plan de emprender empezó unos años antes de lo previsto.
TB.- Ya que hemos empezado a hablar de Tuenti, me parece interesante hacerte varias preguntas sobre tu historia como cofundador de la red social española por excelencia. La primera, tiene que ver con tu capacidad para tener ideas, hacer equipo, arrancarlas y conseguir la financiación inicial. ¿Cómo fue el proceso hasta levantar la primera ronda de inversión?
AA.- Cuando llegué a Marbella en navidades, tras mi estancia en Atlanta, quedé con Felix Ruiz, le conté el proyecto, le encantó y me dijo que contase con él. Luego, al llegar a Madrid, quedé con Joaquín Ayuso, a quién había conocido colaborando en un proyecto en la universidad, nos conocimos bien y también se sumó al proyecto. Así que nos juntamos los tres porque veíamos que había mucho potencial y nos lanzamos. Antes de pedir nada de dinero, empezamos construyendo un prototipo. Joaquín era el CTO e hizo el 100% del código original y yo me encargué de la interfaz, así como de hacer las funciones de dirección del proyecto. Una vez que lo tuvimos, Félix, que era el responsable de marketing, empezó a invitar a gente y a encargarse de la experiencia de usuario dando la lata explicando el producto a todo el mundo. Cuando ya tuvimos 5.000 personas usándolo, empezamos con una financiación de friends and family y luego ya fui a levantar capital. Si Joaquín comenzó a programar en enero, conseguimos el primer cheque en Semana Santa. Los dos primeros inversores serios fueron Francisco Ortiz, que conocíamos de Marbella, y luego Carlos Dexeus, de cuyo hijo era amigo al coincidir en ICADE. Posteriormente, durante los ocho o nueve meses iniciales en los que estuvimos los tres trabajando sin parar, llegó el momento de ir a una ronda de financiación más grande. Yo me encargué de hacer los power points, retocando los modelos que habíamos utilizado en verano para dar forma al proyecto. La verdad es que estaba bastante nervioso ya que no tenía ni idea de lo que estaba haciendo; lamentablemente en aquella época en España no sabía a quién preguntarle cómo levantar capital e incluso cosas tan sencillas como en qué consiste el reparto del equity, qué es el venture capital, sobre las valoraciones… Toda la experiencia que tenía era de haber hecho prácticas en una banca de inversión. Pero, aunque estábamos nerviosos, lo manejamos bastante bien porque en verano conseguimos levantar medio millón de euros gracias a inversores como Bernardo Hernández, Rodolfo Carpentier, yada, yada, yada [a lo largo de la entrevista Adeyemi repetía esta expresión, popular en el slang estadounidense y que es sinónimo de bla, bla, bla] . Cuando ya nos lo confirmaron estábamos los tres en un VIPS y dijimos: “Oye, que esto ya es una empresa”. Unos meses después ya se incorporaron al proyecto Kenny Bentley y Zaryn Dentzel; el primero, como director de producto y, el segundo, ya como CEO cuando yo me incorporé a trabajar full time en McKinsey.
TB.- La segunda pregunta es acerca de tu don, suerte o llámalo X para convertir en oro casi todo lo que tocas. En agosto de 2010 Teléfonica compra el 90% de Tuenti por un valor de 70 millones de euros, un “pelotazo” en el que participas y sales beneficiado como cofundador, aunque por entonces ya estabas en San Francisco creando Identified. ¿Cómo fue ese proceso de venta y qué se os pasó por la cabeza cuando finamente se llegó a un acuerdo?
AA.- La verdad es que al año de haber empezado Tuenti sí que teníamos la idea de que el proyecto iba a ser algo importante, que podía ir a algún sitio, pero nunca pensábamos en cifras, simplemente veíamos que parecía que estaba guay, que la gente lo usaba y que aportaba valor. En cuanto a Telefónica, empezamos a hablar un año y medio antes de cerrar la operación y no sólo contactamos con ellos, sino también con otros posibles compradores de los que ahora mismo no puedo hablar.
El día que firmamos y, posteriormente, cuando vimos que las transferencias se realizaban de verdad, fue un momento de subidón en el que te dices a ti mismo que realmente ha merecido la pena tanto esfuerzo y las discusiones de todos esos años. Por aquel momento yo estaba en el consejo de administración, pero tenía muy claro que no iba a trabajar full time para Tuenti puesto que quería seguir mi carrera en Silicon Valley. Además, ya había empezado con Identified y, tras cerrar la operación, no me tomé ni un día de vacaciones porque en septiembre de 2010 teníamos que sacar la beta y me volví directamente a Estados Unidos.
TB.- Tuenti, Jobandtalent, Identified, Cabify… Has sido cofundador en todas estas startups o compañías –en algunos casos–. Por el momento, ninguna ha quebrado ni se puede considerar como un fracaso; más bien al contrario, llevan trayectorias exitosas. ¿Cuáles son las claves o los factores que han hecho que salgas airoso y triunfador de los proyectos que has creado hasta ahora?
AA.- El éxito siempre es relativo. Lo que sí que creo y valoro de verdad es que en todos los proyectos que he arrancado desde el principio o en los que participo activamente el producto gusta a la gente y lo usa y, por otro lado, lo que sí que puedo asegurar es que todos los días desde que empecé con Tuenti y con el resto de startups pensaba que podíamos quebrar en cualquier momento.
Por lo de los factores, hay uno con el que no se suele contar muchas veces y que hay que tener muy presente: la suerte. Hay miles y miles de historias y yo tengo amigos a los que les va bien, que han estado en empresas como Instagram, las cuales ahora valen un billón de dólares, y en muchas ocasiones es suerte tanto a nivel personal como que el proyecto tiene que salir y no lo puedes controlar. Por ello, porque la suerte es una variable que es impredecible, hay otros factores que sí que puedes manejar y los tres más importantes son el trabajo, echarle muchas, muchas horas; el segundo, no rendirse y manejar tu psicología todos los días y, el tercero, es el equipo porque hay muy pocas cosas que una persona pueda hacer de forma individual por lo que tienes que rodearte de los mejores compañeros posibles.
Todos los días, desde que empecé con Tuenti y también con el resto de startups que he fundado, he pensado que podíamos quebrar en cualquier momento”
TB.- Tu cargo actual en Workday es vicepresidente de Producto y comentabas anteriormente que aprendiste a programar antes de ir a la universidad. ¿Para tener éxito como emprendedor tecnológico consideras que es importante saber programar o, al menos, conocer bien de qué están hechos tus productos y entender a tu CTO e ingenieros?
AA.- Sí, programaba de adolescente, pero luego ya no lo he tocado en años. Si hubiese tenido que ser yo el programador de Tuenti en sus orígenes mal hubiese ido el proyecto. Hay muchos ejemplos de fundadores de empresas tecnológicas que no programaban o que no saben de programación, como le sucedía a Steve Jobs, por ejemplo, pero la gente está muy especializada y realmente creo que cada vez es más importante tener un conocimiento de todo en general y, actualmente, hay pocas cosas más importantes que entender la tecnología. Ya no es tanto saber desarrollar totalmente una aplicación como entender cómo se hace. Por ejemplo, ahora puedes hacer cursos online y gratuitos para aprender a programar en plataformas como Coursera, Udemy, yada, yada, yada; yo llevo haciendo cursos para completar diferentes conocimientos tecnológicos y de informática desde hace un tiempo. Dicho esto, una persona sola no puede hacer todo y por ello recalco en la importancia de rodearse de los mejores en sus disciplinas.
TB.- Desde 2008 resides en Silicon Valley, Meca a la que quieren llegar emprendedores de todo el mundo y donde todos los factores que anteriormente has mencionado pueden surtir un mayor efecto para que tu proyecto vaya hacia delante. Cuéntanos un poco cuál es la verdadera esencia del valle más conocido de la Bahía de San Francisco y qué ambiente respiras en tu día a día.
AA.- Éste es un lugar al que se viene para trabajar mucho. Tu vida es el trabajo y las horas en la oficina son ilimitadas; el cómo te veas a ti mismo, cómo te defiendas como persona, cómo son tus relaciones con los demás o tu vida social está marcada por tu trabajo. Es muy normal estar en un bar y hablar sobre las últimas tendencias en las redes sociales o sobre inteligencia artificial. Como todo el mundo viene a trabajar da un poco igual tu pasado, tus éxitos y fracasos anteriores, a quién conozcas o quién es tu familia, lo que verdaderamente importa es en lo que estás trabajando y, si el proyecto es cool, ‘entonces quiero hablar contigo’. Al final, somos una comunidad muy pequeña, cuando llevas unos años aquí conoces a todos y es muy difícil tener más de un grado de separación con todo el mundo.
En Silicon Valley se te bajan muy rápidamente los humos. Cuando ves en tu día a día a gente que ha fundado compañías como Dropbox o Zinga, por ejemplo, tu éxito se convierte en algo muy, muy relativo”
Para mí Silicon Valley es un poco como la Florencia del siglo XXI porque así como en la época del esplendor renacentista estaban los mejores escultores, pintores, filósofos, ingenieros, yada, yada, yada, colaborando entre sí en diferentes proyectos, aquí tienes lo mismo pero con profesionales trabajando en móviles, robótica, inteligencia artificial, genética o redes sociales, entre otras disciplinas, y todos están continuamente conociéndose, intercambiando ideas y yendo a trabajar unos en los proyectos de otros. Todo lo que estamos viviendo es muy interesante y desde el punto de vista intelectual muy estimulante, pero desde el punto de vista personal se pude hacer duro porque la meritocracia es brutal, tienes que tener mucho cuidado con la psicología y con no volverte loco por verte rodeado de gente que es mucho mejor que tú. Se te bajan muy rápidamente los humos cuando ves en tu día a día a gente que ha fundado compañías como Dropbox o Zinga, por ejemplo, y tu éxito se convierte en algo muy, muy relativo.
TB.- En una de las pocas entrevistas que te han hecho, comentabas que cada vez hay más inversores interesados en invertir en Silicon Valley. Pero parece que no es nada fácil desde la distancia de miles de kilómetros y con el Océano Atlántico de por medio…
AA.- El gran problema es que sí que tienes que estar aquí físicamente para entender qué es lo que está pasando en Silicon Valley. Ya no es sólo por los inversores españoles, sino también les pasa a los inversores que están en Nueva York a los que les cuesta invertir aquí porque no saben cómo hacerlo, cuáles son los trends, no conocen a los fundadores, no saben cuando una startup está levantando capital… Tienes que estar aquí y vivir el día a día. Es algo que no se puede hacer desde la distancia, es demasiado complicado.
TB.- De hecho, hay rumores acerca de un proyecto en el que estás embarcado para ayudar a los inversores españoles a entrar en el ecosistema del “Valle del Silicio”… Pero tu hiperactividad laboral no acaba ahí, sino que además eres inversor en más de una decena de empresas tecnológicas. ¿Cuáles son tus planes a medio largo plazo? ¿Te ves fundando más startups o te planteas reciclarte como business angel y advisor?
AA.- De momento no tengo en el horizonte la idea de crear otra startup. En el medio plazo voy a estar en Workday ya que estoy muy ilusionado con varios proyectos que quería desarrollar en Identified y que voy a llevarlos a cabo con ellos y la verdad es que es una gran oportunidad porque Workday es una de las mejores empresas que se han creado en Silicon Valley en los últimos diez años. Por otro lado, soy un inversor activo, voy a seguir invirtiendo en proyectos y, de hecho, he dado entrada a españoles que han mostrado interés en invertir aquí. Es por esto último que sí que es verdad que me estoy planteando en formalizar a medio plazo una especie de vehículo que capte dinero español para invertirlo en Silicon Valley.
TB.- Gracias por tu tiempo Adeyemi, que sabemos que no te sobra. All the best!
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