sábado, 28 de junio de 2014

Dos androides para presentar las noticias en Japón

Teniendo en cuenta que hace menos de un siglo Japón tenía una sociedad básicamente medieval, es increíble el formidable salto que ha dado el país. La robótica es, quizá, la punta de lanza de ese salto, con el mayor ratio de robots per cápita del planeta. Si es una referencia de lo avanzado de una sociedad, como diría Asimov, Japón está notoriamente por delante del resto del mundo.

En la última década hemos visto cómo se multiplicaban los robots y sus usos. Dejando de lado los robots industriales, hemos visto cómo los modelos asistenciales, particularmente los dedicados al cuidado de las personas mayores, han ido humanizando su aspecto, cómo han aparecido los que se encargan de hacerte de guía cuando entras en un edificio. O cómo Japón se convirtió en el primer país en enviar un robot al espacio… Y en poner un robot a dar clases a los más pequeños. En ningún lugar del mundo tenemos un escenario más parecido al de Yo, robot.

En este escenario, el profesor Hiroshi Ishiguro es un auténtico pionero, particularmente en la creación de robots humanoides, también conocidos como androides. Ishiguro sorprendió e inquietó al mundo con Geminoid, un androide que era una réplica exacta de sí mismo. Tan bien elaborado que en las fotos que circularon el por el mundo, en la que Ishiguro aparecía junto a su creación, era difícil distinguir quién era quién.

Geminoid-1

Pues bien, el profesor es también el responsable de los dos robots estrella de la exposición sobre robótica inaugurada esta semana en el Museo Nacional de Ciencias Emergentes e Innovación de Tokio. Curiosamente, la exposición se llama Androide: qué es humano. Y, entre otras cosas, ofrece un noticiero diario en el que las presentadoras son dos robots humanoides. Se trata de Kodomoroid (robot niño) y Otonaroid (robot adulto). Tan parecidos a seres humanos que se te ponen los pelos de punta. No sólo leen las noticias sino que, además, bromean. Al menos lo hicieron durante la presentación de la exposición.

El siguiente vídeo os dará una idea de la función:

Por si fuera poco, de hecho están ahí para aprender cosas sobre el ser humano, así que el nombre de la exposición es toda una declaración de intenciones. Además de dar las noticias, la tarea de los dos modelos es interactuar con los humanos que los visiten y enviar los datos obtenidos al profesor. Ishiguro, citado por Dvice, señala que “esto nos dará importantes datos a medida que exploramos la cuestión de qué es humano. Queremos robots que sean cada vez más inteligentes”.

El objetivo último de la exposición, para el profesor, es “poner en uso y promocionar varios robots que pueden ser útiles en un amplio rango de campos por toda la sociedad”. A juzgar por cómo son las cosas en Japón, no necesitan que les animen… No faltará mucho para que las presentadoras den el salto a la televisión.






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