El auge del modelo de computación cloud computing impacta en muchos aspectos de la industria de TI y el suministro y uso del software es, claramente, uno de ellos. La posibilidad de disponer de las soluciones que se precisan con un modelo de suscripción y bajo demanda que disminuye los tiempos de implantación de software tradicionales, facilita la flexibilidad en el uso de éste y disminuye los costes respecto a las elevadas licencias tradicionales de las aplicaciones propietarias son algunas de las ventajas competitivas que están haciendo que cloud, en su modalidad de software como servicio, conquiste a múltiples empresas. Pero su impacto va más allá y podría afectar positivamente a uno de los problemas más arraigados entre las empresas que desarrollan y comercializan software: la piratería. ¿Será cloud un revulsivo para que, por fin, muchas compañías, sobre todo las más pequeñas, dejen de usar software ilegal y apuesten por una opción menos costosa que la implantación de software en casa y bajo licencia y con las mismas garantías que el software legal tradicional?
¿Más nube es igual a menos software ilegal?
Esta misma pregunta se la ha realizado el equipo de la BSA (Business Software Alliance), entidad global que lucha en pro del software legal. En su último informe sobre el estado del uso del software ilegal en el mundo –y en el que, por cierto, se constata que la tasa de uso de software ilegal en España ha crecido en 2013 hasta al 45% y que el valor comercial del software sin licencia instalado el pasado año alcanzó 758 millones de euros– aborda de forma específica cómo impacta la expansión del modelo en la nube a la piratería. Las noticias son positivas: el informe, elaborado por IDC, indica que sí, que cloud y en particular el suministro de software como servicio sí hará que disminuya el uso de software sin licencia, eso sí, la consultora apostilla que no lo hará tanto como se pueda pensar en principio. ¿Por qué?
Un mercado aún incipiente e irregular en su expansión geográfica
El motivo es simple: el mercado de servicios de software en la nube es aún joven y su uso está más extendido en los países desarrollados, es decir, aquellos en los que precisamente la piratería se usa en menor medida. Así, mientras que el uso de servicios cloud se extiende al 82% en el caso de las organizaciones europeas y estadounidenses, en el resto del mundo apenas es del 18%. Claro que el uso del software en general también es más bajo: mientras en las dos primeras regiones asciende a un ratio del 72%, en el resto de países es de solo un 28%.
Por todo ello el impacto de cloud, al menos por el momento, no será tan grande en la caída del uso del software ilegal. De hecho, el empleo de las soluciones de software como servicio aún es muy limitado: solo representa el 9,3% del mercado total (un negocio que asciende a los 398.000 millones de dólares), frente al 90,7% que representa el software empaquetado tradicional. Claro que hay que tener en cuenta que IDC solo toma en consideración en este estudio aquellas soluciones cloud que sustituyen a las de software tradicional (no a las que suponen un nuevo tipo de aplicación).
Cuidado con la compartición de credenciales
Por otro lado, aunque es cierto que el uso del software en la nube permite a los proveedores de software un mayor control sobre la distribución de sus soluciones y el uso que se hace de éstas, también lo es la existencia de mecanismos para burlar el sistema, por ejemplo, a través de la práctica de compartir las credenciales. Sí, en teoría los usuarios no deberían dar a otros los identificadores con los que acceden a los servicios de software en la nube pero en la práctica ocurre. Es más, según el informe de la BSA, el 52% de los usuarios de servicios cloud lo hacen, y cada vez más (en 2011 lo hacía el 42%).
Y de la más de la mitad de usuarios que comparten estos datos de acceso, un 62% lo hace con frecuencia, y, lo que es más preocupante, el 18% lo hace con personal externo a su empresa. Curiosamente esta compartición de credenciales también se practica en mayor medida en los países en vías de desarrollo (el 75% de los encuestados de China, India y Tailandia afirmaron hacerlo) que en los desarrollados (en Dinamarca, Finlandia y Reino Unido solo el 45% asegura compartir credenciales para acceder a servicios cloud).
Lo grave es, según el estudio, que a medida que cloud se extienda en estos países también aumentará la compartición de credenciales de modo que, de nuevo, el uso ilegal del software (compartir estos identificadores con otros usuarios sin que la empresa haya pagado por el empleo que de estos servicios hacen dichas personas se equipara al uso del software ilegal, según la BSA), eso sí, ahora en modalidad cloud, seguirá existiendo.
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