Cuando los de la G gigante lanzaron su propia red social Google+, allá por el año 2011, lo hicieron con una política de nombres de perfil muy dura, por la cual sí o sí los usuarios tenían que utilizar nombres reales en las cuentas (o, mejor dicho, lo que ellos pensaban que eran nombres verdaderos), política que, además, aplicaron a rajatabl,a llegando a cerrar cientos de perfiles que, por hache o por be , no la cumplían. Pues bien, Google acaba de dar un giro de 180 grados a este particular al anunciar que “ya no hay restricciones sobre qué nombre se puede utilizar”.
La compañía justifica el movimiento explicando que el “montón de restricciones sobre qué nombre se puede utilizar en el perfil” ayudó a crear una comunidad formada por personas reales, pero también “excluyó a las personas que querían ser parte de la red social sin utilizar nombres reales”. Por eso han decidido eliminarlas, y hasta pedir perdón:
Sabemos que han estado pidiendo este cambio desde hace tiempo. Sabemos que nuestra política de nombres ha sido poco clara, y esto ha dado lugar a experiencias innecesariamente difíciles a algunos de nuestros usuarios. Por ello pedimos disculpas, y esperamos que el cambio de hoy sea un paso que lleve a la construcción de el Google+ más acogedor e inclusivo que queremos que sea
Un cambio que dice más de lo que parece
La verdad es que, aunque el obligar a utilizar nombres reales en los perfiles de Google+ ha venido causando polémica desde el principio, los razonamientos que Google daba siempre para justificar la medida eran bastante lógicos: según ellos, ayudaba a la gente a encontrarse entre sí, y evitaba el spam y la suplantación de identidades, factores que, a su vez, facilitaban que Google+ fuera un ecosistema “de personas para personas” y el mantener un mínimo de calidad en los contenidos y conversaciones.
Dichos razonamientos siguen siendo igual de válidos hoy que cuando la red social vio la luz, ante lo que, aparte de la explicación oficial que veíamos más arriba, cabe preguntarse por qué entonces ahora Google ha decidido cambiar de parecer.
A todas luces, nuevamente, además del oficial, existen numerosos argumentos por los que el cambio tiene sentido. Entre ellos, destaca el aumento del nivel de privacidad, y que, a nivel práctico,, supone la eliminación de una barrera de entrada importante, por simplificar el proceso de registro y por complacer a todos aquellos que no dieron o no dan el salto a Google+, justamente por no estar dispuestos a publicar con sus identidades reales.
Y esto último es lo más interesante, ya que de ello a su vez se desprende la gran conclusión: que, a pesar de que Google+ no termina de despegar, y de las especulaciones constantes de un posible cierre del producto, los de Google siguen confiando en él y quieren ampliar su alcance todo lo posible para crecer en usuarios. ¿Lo conseguirán? Nadie lo sabe, pero fácil no es, y aunque esta última medida y otras que han emprendido en el pasado están bien, quizá lleguen demasiado tarde.
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