Los rumores acerca del supuesto interés de Google por montar su propio servicio de suscripción musical se escuchan desde hace tiempo. El Wall Street Journal acaba de publicar que, a finales de 2013, el gigante de Internet intentó comprar el servicio de streaming Spotify.
Y si la operación no se completó entonces fue, según la fuente citada por el rotativo estadounidense, porque, entre otras razones, el precio que pedía la compañía sueca era demasiado alto. Spotify está valorado en 4.000 millones de dólares, pero habría exigido al gigante de Internet un precio por encima de los 10.000 millones.
Cuando Apple adquirió Beats, uno de los rivales de Spotify, lo hizo por 3.000 millones de dólares, de los cuales solo 500 millones se destinaron a la compra del servicio musical (Beats es también un fabricante de deseadísimos auriculares). Sin embargo, la compañía de Dr. Dre cuenta con cientos de miles de suscriptores, frente a los 10 millones de usuarios de pago de Spotify, a los que hay que sumar sus 30 millones de cuentas gratuitas.
El pasado diciembre se hizo pública una carta dirigida por Google a la la SEC (U.S. Securities and Exchange Commission), el organismo encargado de vigilar el mercado de valores estadounidense, en la que la compañía reconocía que se había interesado por la potencial adquisición de una empresa extranjera, con una valoración estimada de entre 4.000 y 5.000 millones de dólares.
Las fuentes del Wall Street Journal también aluden a la falta de entusiasmo de Larry Page por las suscripciones de pago como otro de los motivos que finalmente han cancelado la compra de Spotify. Se sabe, en cambio, que Susan Wojcicki, una de las directivas de YouTube, era una firme defensora del valor estratégico de Spotify para la compañía.
Es, precisamente, la intención de montar un servicio de suscripción musical la que, según muchos, subyace tras la renegociación de las condiciones del servicio que Google ha emprendido con muchos de los sellos discográficos que cuelgan su material en YouTube, de la que éstos no han salido del todo bien parados.
Ni Google ni Spotify han querido pronunciarse públicamente sobre el asunto.
Foto cc: Wikimedia
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