El fundador de Facebook, el joven empresario Mark Zuckerberg, tiene muy claro cuál debe ser el titular que encabece la agenda de los próximos años para su compañía: llevar Internet a aquellos lugares y personas del mundo a los que todavía no llega. Pero también tiene claro que no debe suceder de cualquier forma.
“Si nuestra sociedad ha decidido que cualquiera con un móvil debe poder llamar a emergencias, aun cuando no cuente con un plan de llamadas, cualquiera con un smartphone debería poder acceder a un paquete básico de Internet, incluso si no dispone de datos”, reflexiona Zuckerberg en un editorial que firma para el diario Wall Street Journal.
Cuando se habla del proyecto Internet.org, con el que la red social, junto con otras empresas como Samsung, quiere conectar a todo el planeta, se suele asociar al conjunto de iniciativas, ideadas por tecnológicas como Google, que estudian hacer llegar el acceso a la red a rincones inhóspitos del planeta mediante odiseas como drones o globos que reboten la señal WiFi desde la estratosfera. Ahora que los mercados maduros se acercan a la saturación, el público más codiciado para Facebook y otras tecnológicas de su talla es, precisamente, aquel que todavía no dispone de acceso a la red.
Pero, Zuckerberg cita estadísticas que afirman que el 90% de la población del mundo ya vive en lugares donde existe la cobertura móvil. “Se investigan nuevas formas de enviar la señal de Internet”, cita, “algunas de las cuales implican el uso de satélites, aviones y láser. Esta investigación sería la necesaria para conectar a aquellas personas que viven en lugares remotos del planeta, pero ése no es el problema de la mayoría de la población”.
Lo que queda fuera del alcance no es la señal de Internet, sino su precio
¿Por qué solo un tercio del planeta está conectado, entonces? Para el fundador de Facebook no se trata de construir infraestructuras, sino de hacer asequible para todos el acceso a la red, aunque sea de forma básica.
Y ello tampoco pasa exclusivamente por el acceso a los smartphones. “Una creencia muy extendida es que cuanta más gente se compre un smartphone, mayor acceso habrá entre la población a Internet móvil”, señala Zuckerberg en su artículo. “Pero en la mayoría de los países”, añade, “los planes de datos resultan mucho más caros que el propio terminal en sí”. Según el empresario, en su país natal, Estados Unidos, de los 2.000 dólares que cuesta un iPhone con conexión, solo 500-600 dólares van destinados a financiar el aparato. El resto tiene que ver con el paquete de datos.
“La mayor parte de lo que pagamos por los datos móviles se destina a cubrir los costes de las decenas de miles de millones que cada año se invierten en infraestructuras de Internet. Si no se consigue mayor eficiencia en este terreno, no podremos proporcionar acceso a la red a todo el planeta a un precio que todo el mundo se pueda permitir”, aventura Zuckerberg, que adelanta que, si esta situación no cambia, viviremos pronto en un mundo de gente que tiene smartphone pero solo lo utiliza offline.
Por eso, afirma el empresario, los esfuerzos de Internet.org deben centrarse ahora en trabajar con los distintos operadores para asegurar que la población mundial disponga de acceso a una Internet, al menos, básica. “Si nuestros esfuerzos dan fruto”, indica Zuckerberg, “podremos conectar a miles de millones de personas a la red en la próxima década, y eso transformará sus vidas y las comunidades en las que viven”.
El acceso global a Internet supondría, piensa Zuckerberg, la mayor revolución tecnológica jamás vista. “Conectar a todo el mundo es uno de los grandes retos de nuestra generación”, sostiene.
Foto cc: deneyterrio / Robert S. Donovan
from TICbeat » Innovación http://ift.tt/1ogoqhJ