domingo, 6 de julio de 2014

Paypal rectifica su congelación de los fondos de ProtonMail

“Esta mañana recibimos un correo electrónico y una llamada telefónica de Paypal avisándonos de que nuestra cuenta se hallaba inhabilitada hasta una futura revisión. En este momento, no es posible para ProtonMail recibir o enviar fondos a través de Paypal. Y Paypal no hizo intento alguno para ponerse en contacto con nosotros antes de congelar la cuenta”.

Así empieza el penúltimo post del blog de ProtonMail, el servicio de correo electrónico encriptado creado en el CERN por estudiantes del MIT y Harvard como reacción a la caída de Lavabit (el servicio de correo usado por Edward Snowden). Al tener su domicilio en Suiza, pretendían estar a salvo de toda solicitud gubernamental que no pasara por el Tribunal Supremo Suizo… pero de lo que no estaban a salvo era de la política arbitraria de Paypal.

El post prosigue así: “Todos hemos escuchado historias de terror sobre Paypal, pero no nos imaginábamos que nos ocurriría a nosotros, máxime cuando Paypal prometió recientemente realizar una mejora de sus políticas. Por desgracia, parece que fueron promesas huecas y ahora PortonMail se suma a una larga serie de campañas de crowdfunding castigadas con congelación de su cuenta”. Los enlaces insertados a continuación hacen referencia a los casos de GlassUp, Regretsy, Diaspora o Zivity.

Lógicamente, el primer paso de ProtonMail fue presionar a Paypal para conocer el motivo real de la congelación de la cuenta: “El representante nos preguntó si ProtonMail era legal y si teníamos la aprobación del Gobierno para cifrar mensajes de correo electrónico. No estamos seguros de a qué gobierno se refería Paypal exactamente, pero la 4ª enmienda de la Constitución de EE UU garantiza el derecho del pueblo a la seguridad de sus personas, domicilios, papeles y efectos contra registros e incautaciones irrazonables”.

A continuación, obviamente, ProtonMail deshabilitaba Paypal como opción de pago en la página de su campaña de crowdfunding, alojada en Indiegogo. Y añadían: “Si alguien de Paypal está escuchando, hemos enviado un correo electrónico y llamado hoy… por favor, ponte en contacto con nosotros lo antes posible”. Las tarjetas de crédito y el bitcoin quedaban así como únicos medios de pago posible.

Por fortuna, a la tarde del día siguiente y tras la gran repercusión obtenida por la polémica, Paypal se ponía en contacto con ProtonMail para hacerles saber que las restricciones sobre su cuenta se habían levantado y que ya podían extraer sus fondos. Desde la compañía de e-mail atribuían el cambio de criterio (tan arbitrario como el anterior, por otra parte) a la presión de la comunidad de internautas.

Pero… ¿para qué era el dinero que ProtonMail estaba recogiendo a través de Indiegogo? Pues para sostener su infraestructura, ante la avalancha de decenas de miles de usuarios que generó su lanzamiento: “Creemos firmemente que ProtonMail sólo puede tener éxito en su misión si se mantiene independiente. Recaudando los fondos a través de crowdfunding, podemos asegurarnos de que nuestra primera y única prioridad es la protección de la privacidad de nuestros usuarios”.






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