Los drones han levantado el vuelo en España. El Consejo de Ministros aprobó este viernes un marco regulatorio para los drones en nuestro país, que servirá de regulación provisional durante el período que España tarde en adaptarse a esta nueva tecnología de aeronaves no pilotadas.
De momento y hasta que se apruebe la legislación definitiva, el Gobierno ha previsto que los drones podrán ser empleados en operaciones de investigación y desarrollo, extinciones de incendios, levantamientos aéreos, actividades de filmación y vigilancia, publicidad aérea y operaciones de emergencia, búsqueda y salvamento, siempre que no sobrevuelen núcleos urbanos.
Pero ¿para qué más pueden servir los drones? La propia ministra de Fomento, Ana Pastor, señalaba el pasado viernes “el gran potencial económico que tiene este sector emergente”. En España ya existen 20 empresas que fabrican drones, y las previsiones de la Comisión Europea estiman que en 10 años el sector de los drones llegue a acaparar un 10% del mercado aeronaútico.
Y, si no, no hay más que mirar más allá de nuestras fronteras, por ejemplo, hacia Estados Unidos, donde el pasado mes de marzo, después de que un juez fallara a favor de un ciudadano que había sido multado por la Federal Aviation Administration por rodar un documental con un drone en la Universidad de Virginia sin permiso, se sentara un precedente para el uso comercial de drones, basado, eso sí, en un vacío legal.
Servicios de paquetería para el ecommerce
Las empresas del país han tomado nota. Tanto UPS como Amazon, por ejemplo, ya estudian el uso de drones para sus sistemas de envío y reparto de envíos y paquetes, un aplicación que sí requeriría que las autoridades españolas permitiesen la circulación de drones por núcleos de población. Es cierto que estas aeronaves sin piloto resultan todavía demasiado caras como para ser expuestas en tareas de este tipo, pero el paso del tiempo podría ayudar a amortizar los costes.
Con Prime Air, el proyecto en el que trabaja el equipo de I+D de Amazon, los pedidos podrían llegar a sus destinatarios en 30 minutos o menos. Muchos interpretaron las declaraciones del CEO de Amazon, el controvertido Jeff Bezos, como poco más que una jugada publicitaria maestra, pero lo cierto es que éstas desencadenaron un huracán mediático que desveló que otras empresas relacionadas con el ecommerce, como el servicio de mensajería UPS, también estaban investigando el terreno de los drones.
WiFi por dron
Otro de los campos para los que las grandes tecnológicas estudian la utilización de los drones es la cobertura de Internet para zonas alejadas o con escasez de infraestructuras. Tanto Facebook como Google, que ha adquirido la compañía Titan Aerospace, investigan acerca del uso de estas aeronaves para cumplir sus objetivos de llegar a aquellos habitantes del planeta que aún no son internautas. Con una penetración de la red cada vez mayor y cierta saturación en los mercados maduros, ambas compañías saben que la clave de su hegemonía futura está en encontrar nuevos públicos en aquellos lugares donde Internet todavía no llega, y que la mejor forma de hacerlo es conseguir que los nuevos usuarios vinculen el acceso a la red con sus marcas.
Si la legislación y la tecnología evolucionan hacia la dirección precisa, los drones podrían impulsar el comercio electrónico, un sector en pleno crecimiento en Europa y hacia el que ya miran los últimos avances de Correos, y la cobertura de Internet de zonas rurales o poco pobladas, todavía muy desigual en España.
En la misma dirección que Francia
Esta aprobación del Consejo de Ministros llega después de que, el pasado 7 de abril, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, dependiente, precisamente, del Ministerio de Fomento, declarase que no estaba permitido el uso de aeronaves pilotadas por control remoto para realizar trabajos aéreos con fines comerciales o profesionales. El comunicado de la AESA señalaba, entre otras actividades, algunas de aquellas para las que Fomento acaba de dar luz verde, como la detección de incendios, los reportajes gráficos, la investigación y el reconocimiento de lugares afectados por catástrofes naturales.
El marco aprobado el pasado viernes distingue tres tipos de drones diferentes: los de menos de dos kilos, los de entre dos y 25 y los de más de 25 kilos. En declaraciones al diario EL PAÍS, el presidente de la asociación española de sistemas de vuelo pilotados de forma remota, AERPAS, Manuel Oñate, señalaba que la legislación española camina en la dirección correcta, porque según ella los drones que pesen menos de 25 kilos no necesitarán estar inscritos en el Registro de Matrícula de Aeronaves, ni disponer de un certificado de aeronavegabilidad. Oñate señalaba que en Francia, país que reguló en 2012 el uso de las aeronaves no tripuladas, la mayoría de las operaciones se lleva a cabo mediante aeronaves con peso inferior a los 25 kilos.
Foto cc: Don McCullough
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