Con la llegada del verano, es posible que seas uno de los afortunados que va a disfrutar de unos días de vacaciones, lo que significa algo más de tiempo libre para salir de casa y estar en contacto con la naturaleza o visitar lugares en los que merecerá la pena que lleves encima tu cámara de fotos: sí esa que te regalaste en Navidad y a la que apenas has dado uso. Si eres de los que lleva siempre la réflex de vacaciones pero luego no encuentra un motivo para sacarla de la bolsa, a continuación te ofrecemos algunos consejos para empezar a disfrutar haciendo fotos. Y si eres de los que sólo usa el smartphone, pero quieres hacer mejores fotos, también te ofrecemos algún consejo especialmente dedicado para que saques el máximo partido a la cámara de tu terminal.
Luz a raudales
Lo mejor del verano es que hay luz natural a raudales desde muy temprano hasta bien avanzada la tarde, lo que significa que casi siempre cuenta con el ingrediente fundamental para hacer fotos. El único problema es que la luz solar en verano, sobre todo en las horas centrales, suele ser muy dura y cenital. Eso significa que hace sombras muy marcadas y es difícil conseguir una buena toma sin que haya demasiado contraste. Si tratas de hacer fotos a personas con el sol “de cara” verás que no salen muy favorecidos porque cuando nos da el sol tendemos a cerrar los ojos.
El truco para tener una luz un poco más difusa es buscar momentos en los que alguna nube tamiza la luz del sol, o buscar la sombra de un árbol, un toldo o cualquier lugar en el que no tengas luz directa sobre los sujetos a fotografiar. Por supuesto, un buen consejo es que esperes a hacer las fotos al atardecer cuando el sol baja y la luz es mucho más bonita (lo mismo se aplica para el amanecer, momento en el que puedes encontrar además situaciones y momentos muy interesantes que no se dan a las horas “normales”).
Por otro lado, para conseguir mejores retratos hay un truco muy habitual que consiste en fotografiar a los sujetos a contraluz y compensar con el flash integrado en la cámara. Esto suele hacer que el contorno del retrato brille por la luz que le da por la espalda y la luz del flash sirve para iluminar los rostros.
Lo ideal en estos casos es ayudarse de un reflector que es una superficie reflectante que se despliega y te permite iluminar a los sujetos a contraluz. Los hay muy económicos (unos 15 o 20 euros) y compactos que puedes manejar tú mismo, y normalmente tienen una superficie plateada y una dorada para adaptarse al color de la luz exterior o por si quieres dar un tono más cálido a la piel. Como hemos señalado, evita tomar retratos con el sol de cara: verás que todo el mundo tiende a cerrar los ojos con lo que no suelen quedar muy favorecidos.
Niños y mascotas
Si tienes niños o mascotas, sin duda son algunos de los sujetos ideales para fotografiar. Los niños son habitualmente mucho más espontáneos y mucho más agradables de fotografiar que los adultos. Solo necesitas intentar que se lo tomen como un juego y que se diviertan mientras les haces fotos (el clásico “gritad patata” suele funcionar para hacerles reír). Un buen consejo es que no les atosigues con instrucciones y que tengas tú la paciencia necesaria para buscar el momento en el que fotografiarles. Por otro lado, si ves que se cansan de tenerte cerca haciendo fotos y dándoles indicaciones, déjales descansar y juega con ellos, o de otro modo te verán como una molestia y se pondrán tensos y no querrán tenerte cerca.
Con respecto a las mascotas y otros animales, cada una es un mundo, pero lo habitual es que poco puedas hacer para que posen de un manera u otra, así que tendrás que esperar pacientemente a ese momento mágico. Una de las mejores mezclas son las mascotas jugando o interactuando con niños o con otras personas ya que son habitualmente imágenes divertidas y tiernas. Si ves que tus hijos se ponen a jugar con tu perro o tu gato… es momento de tener la cámara a punto. Otro elemento que añade interés a las fotos es siempre el agua, ya que da dinamismo y acción, y los reflejos añaden un elemento muy especial a las fotos.
Si estás en el mar acércate a la orilla al atardecer y trata de aprovechar el reflejo de los sujetos en el agua y, si estás cerca de un río, un lago o un estanque, seguro que puedes encontrar un ángulo en el que el reflejo en el agua añade interés a la escena.
Cuida la cámara
Por otro lado, ten en cuenta que la humedad, el agua salada y la arena pueden ser un temible enemigo para tu equipo de fotografía. Si tienes una réflex de hace tres o cuatro años que has dejado de usar por la más nueva que has adquirido este año, quizá es buena idea que le des una oportunidad para recuperarla para estos casos en los que vas a “arriesgarte” y quizá también junto con el objetivo de kit que ya no usas porque has adquirido uno mejor.
En cualquier caso, si puedes usa una bolsa estanca y al menos ten en cuenta que la playa es el peor lugar para cambiar de objetivo (una ráfaga de viento o alguien que sacude una toalla y tu réflex se llena de arena y polvo que no podrás quitar).
Macro-fiesta
El verano es también una buena época para hacer fotos de naturaleza, sobre todo en los primeros meses cuando todavía hay flores e insectos, que son un excelente material para la fotografía macro. Si no tienes un objetivo muy adecuado para este tipo de fotos, un complemento muy recomendable son las lentes de acercamiento (a veces llamados filtros de acercamiento) que permiten hacer que tu cámara enfoque mucho más cerca.
El problema de estos filtros es que al tenerte que acercar tanto al objeto a fotografiar es probable que ahuyentes a cualquier insecto, salvo los más confiados o torpes. Si no tienes flores o vegetación a mano, a veces puedes buscar una alternativa como frutas u hortalizas, recuerda que estén frescas y tal vez les puede venir bien que las rocíes con un spray de agua para lucir todavía más atractivas y apetitosas.
Deportes
Otro motivo ideal para sacar a pasear tu réflex son las actividades deportivas. Si tienes amigos que practican algún deporte vistoso como el Windsurf, el Kitesurf o cosas más mundanas como el patinaje, es una genial excusa para poner a prueba tu teleobjetivo. Nuestro consejo es que pruebes no sólo a congelar las imágenes sino a tratar de hacer barridos con velocidades de obturación algo más bajas para sacar esos fondos algo movidos, aunque pierdas algo de nitidez en la imagen del sujeto, las imágenes tendrán mucho más dinamismo.
Paisajes y monumentos
Otro motivo muy habitual cuando sales unos días de vacaciones son los paisajes, calles y monumentos. Para todos ellos, mi consejos es que busque puntos de vista algo menos habituales. A veces hay que tirarse al suelo y a veces hay que subirse a un sitio elevado para encontrar esa vista especial, es cuestión de experimentar. En estas fotos es ideal tener un objetivo gran angular que aunque por desgracia son caros (Canon acaba de lanzar un objetivo 10-18 mm algo más económico, pero sigue rondando los 290 euros).
Como siempre, busca también las horas en las que la luz es también más interesante, al amanecer o al atardecer, y, casi lo olvidábamos, ¡Usa la función de panorámicas de tu cámara o tu smartphone! Si tu cámara no tiene esta función, es probable que puedas hacerlo después en algún programa de edición fotográfica.
Usa lo que tengas a mano… el smartphone
Como siempre pasa, en los momentos más divertidos o en los que hay una imagen especial no tenemos nuestra réflex o nuestra cámara a mano. Sin embargo, eso no significa que no tengas nada para hacer una foto. Si tienes un smartphone de gama media o alta, seguramente tienes una buena cámara en tus manos. Tan sólo tienes que saber cómo funciona mejor la cámara de tu smartphone y “de qué pie cojea”. Algunos smartphones son geniales en fotos de acción como el LG G3, y otros como el iPhone 5S necesitan escenas con menos movimiento; a algunos teléfonos les cuesta enfocar correctamente y tienes que disparar unas cuantas veces para asegurar que el sujeto está enfocado, mientras que otros deforman demasiado los objetos cercanos por sus lentes de gran angular. Por ejemplo, el iPhone funciona bien en fotos de grupo a una distancia de entre 2 y 6 metros. Si haces fotos muy cerca, normalmente su objetivo angular hace que los sujetos salgan algo deformados, por lo que debes tener cuidado en cómo inclinas la cámara respecto de ellos. Por otro lado, este objetivo es ideal para paisajes (y más con la función de foto panorámica) y, gracias a su excepcional distancia mínima de enfoque, puede servir para hacer fotos de flores o de pequeños insectos.
No obstante, si tienes una buena imagen o un momento para recordar, no te preocupes por el objetivo o por no tener tu réflex a mano… saca el teléfono y haz la foto.
Tira de Instagram o de otras apps
Además de que por sí sólo el smartphone es una excelente cámara para cualquier situación, hay una gran cantidad de aplicaciones que te permiten exprimir sus posibilidades como cámara.
Y entre las opciones de proceso posterior pasa algo parecido, y tienes además la ubicua Instagram, que en su última versión permite editar con mucho detalle las imágenes y con con la que a veces se consigue un toque muy interesante para fotos que originalmente resultan algo sosas.
from TICbeat http://ift.tt/1tnlyGW
