Parece que los cables submarinos llevan una vida muy arriesgada, aunque lejos de las luces de los focos. No se trata solo de los terremotos o los anzuelos de pesca, sino de un peligro más abundante y arbitrario, los tiburones que, al parecer, tienen predilección por esos extraños cables que cruzan sus territorios.
Es un riesgo que, como es lógico, afecta a todos los operadores que disponen de este tipo de conectividad. Aunque ha sido Google la que, según Network World, ha indicado que sus cables submarinos incorporan una capa tipo Kevlar para protegerse de ese tipo de ataques. Lo comentó el product manager Dan Belcher durante un evento de marketing que tuvo lugar la semana pasada en Boston.
Google dispone de dos cables submarinos que comunican Estados Unidos con Asia, así como un tercero dentro de la propia Asia. Todos ellos cables dopados, kevlarizados, para soportar la arriesgada vida submarina. Al parecer, el problema de los mordiscos se da desde los primeros tiempos de los cables submarinos y todavía no han dado con una manera de acabar con él.
Según un informe del International Cable Protection Committee, en los años 80 los ataques de tiburón fueron capaces de cortar hasta cuatro veces un cable submarino. Imaginaos lo complicada que tuvo que ser su reparación. De ahí que los cables actuales sean tan robustos, aunque los tiburones no cesan en su costumbre de mordisquear los cables cuando tienen ocasión.
La razón por la que lo hacen no está muy clara. Podría ser debido al campo electromagnético que genera el cable, algo que los tiburones pueden detectar. Según Chris Lowe, profesor del Shark Lab de la California State University citado por Wired, puede ser simple curiosidad: “Si tuvieras una pieza de plástico ahí fuera con forma de cable, hay muchas posibilidades de que lo mordieran también”.
Hay otras posibilidades, naturalmente. Quizá quieran utilizar el cable como mondadientes, teniendo en cuenta lo que son capaces de masticar. O puede que con el sensor de voltaje que tienen los tiburones en la mandíbula sientan una descarga que les mole. Y que de paso saque a la luz los “paluegos”. Pero está claro que lo seguirán haciendo. Puedes ver un ejemplo en el siguiente vídeo:
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