Su nombre es Ethan Zuckerman. Académico, ciberactivista, director del Centro de Medios Cívicos del MIT, miembro de la junta directiva de Ushahidi y Global Voices, y autor de ‘Rewire: Digital Cosmopolitans in the Age of Connection’. Sin embargo, tal historial no puede ocultar la que posiblemente sea su mayor y más vergonzosa aportación a la historia de Internet: a mediados de los 90, cuando trabajaba en Tripod.com, fue el encargado de programar el código del primer pop-up (publicidad en ventana emergente), creado para evitar la asociación entre la marca y el contenido de la web que albergaba su código javascript (como era previsible, el contenido para adultos y un anunciante cabreado tuvieron algo que ver en la imaginativa solución).
Ahora, ha escrito en The Atlantic para confesarse y pedir perdón (“Lo siento, nuestras intenciones eran buenas”)… y para reflexionar sobre la necesidad de que la WWW abandone los modelos de negocio basados en la publicidad (a los que denomina “el pecado original de Internet”) que generaron la publicidad invasiva y derivaron en gigantes de Internet basados en la recolección de datos de los usuarios (con Facebook y Google como ejemplos paradigmáticos).
Zuckerman cita como inspirador de sus reflexiones a Maciej Ceglowski, fundador de Pinboard y defensor de la idea de que los servicios gratuitos son una mala idea para los usuarios, pues normalmente terminan siendo vendidos a grandes empresas que los cierran o reconvierten, dejando a aquellos tirados. Para Ceglowski, Google fue un punto de inflexión, pues tras haber nacido como un mero proyecto académico, se terminó convirtiendo en un gigante de la Red gracias a Adsense, demostrando así que la publicidad podría ser un enorme generador de ingresos para los negocios on-line.
Ceglowski ha inventado un nombre para el modelo de negocio publicitario imperante en Silicon Valley: la “Hora del Cuento del Inversor“. Esto es, lograr financiación convenciendo a los inversores de cuánto dinero generarán una vez que acepten hacer publicidad en tu sitio o app. Es resumen: se busca vender que la publicidad en el futuro será más eficaz y lucrativa de lo que es hoy en día…y para mantener la fe de los inversores en pie (y que de este modo el dinero no deje de fluir), las empresas de Internet deben desarrollar publicidad cada vez más invasiva y ubicua, y apostar por el seguimiento de dispositivos móviles, por el reconocimiento facial, por el Big Data, etc.
Zuckerman reconoce que la publicidad es necesaria para democratizar la web (muchos no tendrían acceso a servicios necesarios si los paywalls fueran el modelo mayoritario), pero hay que partir de la base de que no hay publicidad sin vigilancia. Por ello, apuesta por implementar los micropagos (por ejemplo, con bitcoins) como método para que los usuarios respalden sus proyectos web favoritos, a cambio de que éstos se comprometan (de manera verificable) a no revender sus contenidos y metadatos.
Otras voces, por contra, proponen que la solución es hacer que la publicidad resulte verdaderamente interesante y útil para el usuario. De este modo, la solución estaría más bien en apostar por el branded content, el contenido patrocinado cuyo ROI depende precisamente de su calidad.
Sea mediante micropagos o mediante branded content (o mejor aún, mediante una mezcla de ambos)… ¿conseguiremos ver un Internet en el que pierda validez el dicho de “si es gratis, tú eres el producto”?
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