La tendencia de la movilidad, por si alguien aún albergara duda alguna, es imparable y su crecimiento parece no tener fin. Y es que, una vez asentados los smartphones en los mercados más maduros, ahora son los países emergentes los que están adoptando este tipo de dispositivos de forma masiva, compensando la estabilización de las ventas que se produce en las regiones más desarrolladas. Al menos así lo indican desde la firma de análisis IDC, la cual señala que, desde 2011, los mercados emergentes (entendiendo entre ellos Latinoamérica, ciertas zonas de Asia o África) copan la mayoría del volumen vendido en el mundo. Lo que es novedad es que, por primera vez, los países más desarrollados no conseguirán crecer a doble dígito en 2014 como venían haciendo hasta ahora, sino que anotarán un incremento en la venta de teléfonos inteligentes de apenas un 4,9%. Un porcentaje exponencialmente inferior al de las zonas emergentes, con un 32,4% de crecimiento respecto a 2013, equilibrando la balanza y arrojando un aumento global del 23,8%.
En total, se espera que este año se comercialicen más de 1.250 millones de smartphones en todo el mundo, frente a las 1.010 millones de unidades vendidas en 2013. De cara al futuro, se prevé que en 2018 el volumen de ventas supere los 1.800 millones de terminales, lo que supone un crecimiento medio anual del 12,7% en los próximos cuatro ejercicios.
Los emergentes concentran el 73,5% del mercado
De estos 1.250 millones de dispositivos que se pondrán en el mercado, 920,8 millones de ellos lo harán en países emergentes, representando el 73,5% del total, una cifra que también seguirá aumentando hasta 2018, cuando IDC espera que estas regiones copen el 79,5% del mercado. Los smartphones Android, entre cuya gama de terminales se encuentran muchos de bajo coste, seguirá siendo el claro dominador en estas zonas, con el 88,4% del negocio.
Por su parte, en los mercados más maduros, como Estados Unidos o Europa, las perspectivas no son negativas. En ese sentido, los expertos resaltan que, a pesar de la disminución en el crecimiento de las ventas, los márgenes que obtienen los fabricantes en estos mercados son mucho mayores que en los emergentes, con precios habitualmente por encima de los 400 euros para los terminales de alta gama.
El auge de las pantallas gigantes
Al margen de la distribución geográfica de los smartphones comercializados en 2014, el estudio de IDC nos permite conocer también las últimas preferencias de los consumidores. Así pues, es reseñable la importancia que está adquiriendo el tamaño de pantalla a la hora de adquirir un teléfono inteligente, con los phablets (entre 5,5 y 7 pulgadas) como grandes estrellas del mercado.
No en vano, este segmento pasará de aglutinar el 14% del mercado este año a más del 32% en 2018, siempre y cuando se produzca la entrada de Apple en este nicho con un iPhone con más pulgadas de los actuales.
Imagen: Shutterstock
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