Desde hace unos días la plataforma de cloud computing Azure de Microsoft está experimentando caídas con el consiguiente impacto en múltiples productos de la compañía en diversos países, entre ellos Estados Unidos y otros de todo el mundo. Los últimos problemas comenzaron ayer por la tarde en Estados Unidos y en su punto álgido afectaron a unos 10 servicios, incluyendo los servicios cloud, donde los clientes desarrollan, despliegan y gestionan apps en la nube de Azure (las interrupciones afectaron a varios estados estadounidenses y a países como Japón y Brasil). También impactaron en las máquinas virtuales, que posibilitan a los clientes desplegar Windows Server, Linux o imágenes de software de terceras partes en Azure (el impacto en esta área fue, de hecho, mayor, desde el punto de vista geográfico), en los espacios web, y en otros servicios como Automation, Service Bus, Backup, Site Recovery, HDInsight, servicios móviles y StorSimple, según indicaban ayer desde Microsoft en la página en Internet en la que indica el estado de la plataforma en tiempo real, un problema que, afortunadamente ya se ha resuelto, según se muestra ahora en el citado site.
Aunque estas interrupciones del servicio han sido solucionadas con rapidez (las interrupciones duraron unas dos horas) el hecho de que se hayan producido con frecuencia en los últimos días no beneficia en absoluto a la imagen de Microsoft como proveedor de cloud y al mensaje de apuesta por la nube en el que se ha posicionado la compañía, tanto en su versión de infraestructura como servicio como en el de plataforma como servicio que proporciona Azure, áreas que ha añadido en los últimos años a su oferta de software como servicio, protagonizada por productos como Office 365 o su CRM Dynamics. Precisamente el temor a una pérdida de control del servicio y a la seguridad y la falta de confianza en los proveedores cloud son algunas de las mayores barreras que frenan a muchas empresas a adoptar el modelo de informática en la nube que, por otro lado, tantas ventajas aporta en términos de flexibilidad, agilidad, reducción de costes, etc.
Además, desde Microsoft no deben olvidar que el terreno de juego de cloud es complejo y está muy copado, con rivales de primer nivel como Amazon, IBM o Google u otros más pequeños pero potentes como la española Gigas, centrada en cloud hosting.
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