martes, 19 de agosto de 2014

Origami para los paneles solares de la NASA

Cuando mi abuelo me enseñó a hacer ranitas saltarinas y carrozas de vaqueros con papel, poco imaginaba que el tradicional origami podría dar satisfacciones prácticas a la humanidad. Pero hace poco vimos cómo los científicos del MIT se basaban en la papiroflexia para crear robots, y ahora parece que la NASA también ha puesto en este sistema sus esperanzas para conseguir paneles solares más manejables que los que hay en la actualidad.

Como se sabe, las naves espaciales tienen que ir más peladas que un bólido de carreras: todo aquello que es superfluo se quita. Y lo que no lo es, se reduce hasta su mínima expresión. Los paneles solares que han viajado al espacio hasta el momento lo hacían cerrados como un acordeón, con cada una de las láminas unida a la anterior. No está mal del todo, aunque ocupa mucho más de lo que debería y con los paneles mayores puede dar errores.

Así las cosas, el Jet Propulsion Laboratory de la NASA se ha unido a la Brigham Young University de Utah para concebir un sistema más óptimo de transporte y despliegue. El resultado es un panel solar que se pliega y se despliega como una pieza de origami mastodóntica. Claro que no es tarea fácil la papiroflexia sin papel, por muy finos que sean los paneles en cuestión, además del grosor creciente cada vez que se realiza un pliegue.

Brian Trease, del JPL, y su equipo decidieron utilizar diferentes pliegues para minimizar ese grosor creciente. El resultado es un panel solar que mide 2,7 metros de diámetro cuando está plegado y alcanza los 25 metros de diámetro cuando está completamente desplegado. Si desplegarlo es demasiado complicado para los astronautas, quizá puedan echar una mano los robots del MIT.

Un futuro brillante para el origami

Si el sistema demuestra su fiabilidad en instalaciones solares amplias, su futuro no puede ser más brillante. Como señala ExtremeTech, los pequeños satélites como Cubeseats necesitan una fuente de energía estable como la solar, siempre que no sea demasiado cara ni demasiado aparatosa. Los paneles origami podrían ser la solución perfecta.

Pero también hay que pensar en los deseos de colonización humana de otros planetas. O, para ser un poco humildes en nuestras intenciones, en la creación de una sencilla base marciana.  Los paneles solares plegados hasta su mínima expresión podrían proporcionar toda una granja solar a una instalación de este tipo.

Y, si todo va bien en la cuestión de los paneles, la técnica origami podría exportarse a otros elementos espaciales. Quizá el más evidente de ellos son las antenas parabólicas, que potencialmente se podrían desplegar del mismo modo. Veremos qué sale de todo ello, pero parece que las posibilidades del origami van hasta el infinito. Y más allá.






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