lunes, 25 de agosto de 2014

Primer implante de columna vertebral impreso en 3D

La impresión 3D puede llegar a ser, literalmente, la cura para todos los males de la Humanidad. Se trata de una tecnología que en realidad está dando sus primeros pasos y, teniendo en cuenta lo que ya se ha logrado con ella, desde las casas impresas en 24 horas hasta la impresión de hamburguesas, parece que no hay nada que se le resista. Hasta las bombas acabarán imprimiéndose en 3D.

Mucho más delicada es la cuestión quirúrgica. Desde los inicios de la impresión 3D se entrevió sus posibilidades para sustituir a los actuales implantes y a estas alturas ya ha habido varios exitosos, como el primer implante de tráquea. Sin embargo, el reciente logro de un hospital chino supone un auténtico hito en este terreno: un implante de columna vertebral en toda regla que promete una adaptación mucho mejor que la de los sistemas tradicionales.

El trabajo es obra del Tercer Hospital Universitario de Pekín, que tenía en sus manos un paciente muy especial: un niño de tan solo 12 años que tenía cáncer en la espina dorsal. Los médicos crearon para él una columna vertebral a medida, imitando la forma específica de la columna natural del niño, utilizando para la ocasión un filamento de titanio. Todo ello evitó la necesidad de utilizar tornillos u otros elementos ajenos, de modo que no será necesario realizar una segunda cirugía.

La fusión con el cuerpo humano

El modelo impreso en 3D se creó con multitud de pequeños orificios. Y no para ahorrar en filamento de titanio, que no tiene que ser precisamente barato, sino para dejar espacio para que crezca el hueso natural. Con el tiempo, la idea es que la espina artificial pase a formar parte de la columna del niño de forma completamente natural, fundiéndose sin problemas con el cuerpo humano.

También se supone que el niño se curará antes que con los anteriores métodos, aunque eso todavía está por ver. Más que nada porque estamos en terreno desconocido. Lo único cierto en estos momentos es que la operación ha sido todo un éxito. El niño tendrá que pasar ahora tres meses con un dispositivo fijador en la espalda para sujetar su cuello y su cabeza. Cómo evolucionará en el futuro es un misterio.

Aunque hay que pensar en positivo. Se trata de una muestra más, como señala Engadget, de las formidables posibilidades de la impresión 3D de cara al futuro. Y todos los pasos dados hasta ahora han salido bien en este caso, de modo que podemos esperar que el niño progrese adecuadamente. De momento, se ha convertido en noticia internacional. Podéis verla en el siguiente vídeo:

Imagen: Tercer Hospital Universitario de Pekín






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