El International Growth Centre (IGC) e Innovations for Poverty Action (IPA) han puesto en marcha un sistema de monitorización en tiempo real del impacto de la epidemia de ébola en Sierra Leona, motivados por las profundas repercusiones económicas que previsiblemente tendrá esta crisis sobre el país. El objetivo es que el gobierno del país pueda disponer de datos y análisis creíbles para que sus políticas correctivas sean eficaces.
Dicho sistema de monitorización (basado en una investigación anterior financiada por el IGC para controlar el precio y cantidad de alimentos básicos en los mercados del país y, como ella, basada fundamentalmente en encuestas telefónicas) evaluará el grado en que las interrupciones de los viajes están impactando sobre los mercados rurales, con el objetivo de poder alertar al Gobierno sobre su ubicación, lo que permitirá que éste y las entidades de cooperación al desarrollo reaccionen enviando suministros y/o modificando las restricciones al transporte. Los investigadores de IPA estarán a cargo de la supervisión de 185 mercados rurales, preguntando a los comerciantes sobre las disponibilidad, cantidad y precios de los alimentos básicos como el arroz (local e importado), la yuca, el pescado y el aceite de palma. La actividad de monitorización también tratará de aportar pruebas sobre el grado en que la actividad económica (especialmente en el sector informal) ha disminuido en respuesta al miedo y la incertidumbre en torno al foco de ébola, así como por las restricciones en bares, restaurantes y transportes derivadas del mismo (bajo el actual estado de emergencia, algunos vehículos comerciales han quedado restringidos y los bares y restaurantes han empezado a cerrar por las noches).
Rachel Glennerster, académica de IGC Sierra Leona y directora Ejecutiva del Laboratorio Abdul Latif Jameel de Acción contra la Pobreza (J-PAL), declaraba que “agosto es el punto culminante de la temporada de carestía, cuando las reservas de alimentos procedentes de la última cosecha están a punto de acabarse y los agricultores son más vulnerables, teniendo que adquirir los alimentos que necesitarán en agosto y septiembre. Cualquier interrupción de las rutas de transporte y el comercio puede dar lugar a aumentos sostenidos de los precios de alimentos y otros productos de primera necesidad, dejándolos fuera del alcance de los pobres [...]. Ya se está dejando sentir el impacto económico a corto plazo; algunas de las consecuencias a medio y largo plazo son predecibles y el gobierno y las agencias de cooperación deben prepararse ahora para limitar su posible impacto. Sin embargo, también existe un riesgo de tomar decisiones apresuradas. Por ello, el CIG se ha comprometido no sólo a proporcionar esta información en tiempo real , sino también a realizar investigaciones sobre las consecuencias económicas más amplias de la crisis“.
La utilización del teléfono como medio de recopilación de los datos facilitará llegar a la población de todo el país (recordemos que la tecnología móvil está viviendo un crecimiento constante desde hace ya cuatro años en todo el área subsahariana del continente). El ICG espera poder presentar los resultados de esta primera ronda de monitorización a lo largo de la próxima semana.
Imagen | EU Humanitarian Aid and Civil Protection via photopin cc
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