La fuente de alimentación es una de las claves futuras de los dispositivos móviles, desde los portátiles y los teléfonos móviles, hasta la ropa inteligente y los dispositivos wearable. Quizá un cambio radical en la forma de extraer la energía, como el propuesto por Joseph Wang, investigador de la UCSD, pueda suponer un auténtico salto para todos estos dispositivos.
El planteamiento de Wang parte del uso de los recursos de nuestro propio cuerpo. Cuando hacemos ejercicio, los músculos producen como desecho ácido láctico. Los fisiólogos del deporte han estudiado los niveles de lactato en los músculos y en la sangre y han descubierto que el sudor de los deportistas viene cargadito de este peculiar ácido.
En su propuesta, Wang ha ideado una manera de acumular la energía del lactato, integrando en su pequeño tatuaje enzimas capaces de procesar el ácido láctico. Con su sistema ha sido capaz de extraer 70 microwatios por cada cm2 de piel. Bueno, no da para una planta eléctrica, pero los Hijos de la Anarquía podrían alimentar su flota de harleys, siempre que se pasaran a los modelos eléctricos.
Entre deportistas anda el juego
Aunque subido a la burra no tienes por qué sudar demasiado, o emitir el sudor adecuado. Al parecer, tienes que llevar tus buenos 30 minutos haciendo ejercicio para que tu sudor acarree el lactato, de modo que en un principio se trata de una tecnología sólo apta para deportistas. Zidane, por ejemplo, podría haber iluminado el Bernabéu durante una semana con el sudor de un solo partido.
Para el resto de los mortales, ExtremeTech imagina futuros desarrollos que podrían ampliar el público objetivo de esta tecnología. Se podrían activar los nervios simpáticos que controlan las glándulas del sudor, e incluso generar directamente el propio ácido láctico, todo ello de forma local, en una pequeña zona de la piel.
Empieza a tener sentido la predilección de los deportistas por los tatuajes. Quizá sea el secreto de Hamilton este año. En todo caso, la próxima vez que tu hijo te pida permiso para hacerse un tatuaje, antes del no rotundo considera lo que te podría ahorrar en la factura eléctrica. Y sin emitir carbono, aunque sea difícil pensar en el sudor como una energía limpia.
En el siguiente vídeo podéis haceros una idea de la tecnología y su deportivo futuro.
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