miércoles, 1 de octubre de 2014

Netflix se iniciará en los estrenos cinematográficos con la secuela de “Tigre y Dragón”

Tras “romper” el mercado de las series con dos megaéxitos de producción propia como House of Cards (ganadora de un Emmy y de un Globo de Oro) y Orange is the new black, el portal de streaming Netflix se prepara para revolucionar, también, el mercado de los estrenos de cine.

Planea hacerlo con una apuesta fuerte, la secuela de, nada menos, la exitosa Tigre y Dragón (Ang Lee, 2000), cuyo título será, de acuerdo con lo previsto, Tigre y Dragón: la leyenda verde, será dirigida por Yuen Wo-Ping y estará producida por Weinstein Co.

Es con esa productora, precisamente, con la que Netflix se aliará. El acuerdo que ambas han firmado establece que el estreno mundial de la película se producirá a través de Netflix, que la ofrecerá a todos sus suscriptores, y de algunas salas IMAX, pero no en los cines ordinarios.

Se cambian, así, las reglas del juego. Hasta ahora, a pesar de que los períodos se habían acortado hasta apenas unos pocos meses, las películas necesitaban pasar siempre por la gran pantalla antes de estar disponibles en DVD y streaming.

Según un estudio de la compañía Sandvine publicado el pasado mes de noviembre, en Estados Unidos Netflix ya genera un 31% de todas las descargas de datos que se producen, una proporción que casi duplica al 18% de YouTube, hasta ahora rey del vídeo en Internet. En Europa, en cambio, el portal de vídeo de Google continúa poseyendo una cuota del 28,7% de las descargas.

El streaming ha conseguido algo que parecía imposible en pleno boom de las descargas ilegales: que millones de internautas paguen por contenidos de ocio y entretenimiento, ya sean música (Spotify) o series y películas (Netflix). Sin embargo, ¿resultará viable saltarse una de las ventanas tradicionales del proceso de distribución cinematográfica, quizá la más importante, y llevar el cine directamente a nuestras casas?

El mismo estudio que en 2013 situaba a Netflix por delante de YouTube advertía, también, de que  el público de Internet no demanda contenidos tan extensos como los largometrajes, sino algo más cortos y ‘digestivos’, como es el caso de los episodios de las series de televisión, cuya duración suele oscilar entre los 30 y los 60 minutos. Ésa sería una de las razones del éxito de Netflix hasta ahora; ¿funcionarán igual de bien las películas?

Foto cc: luvi

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