miércoles, 1 de octubre de 2014

Una compañía japonesa desvela sus planes de construir un ascensor espacial

Al lado de NASA hay otras empresas privadas que han desarrollado la tecnología necesaria para empezar la gran aventura espacial, pero ninguna ha declarado sus intenciones de empujar los límites de lo posible al intentar convertir la ciencia en ficción en realidad como lo ha hecho Obayashi, una de las mayores compañías de construcción de Japón.

Sus planes, de momento en fase de proyecto, están sometidos a la espera de nuevos avances científicos, aunque sus expertos están seguros de que hasta el 2050 el viaje espacial ya no será un reto intangible para las masas como hoy en día y eso podrá ser factible a través de una idea casi irreal: una verdadera proeza de ingeniería que consistirá en la construcción de un ascensor espacial.

Según la información recogida por Australian Broadcasting Corporation, Obayashi está trabajando en la edificación de un ascensor capaz de conectar la Tierra con el espacio y que estará en pleno funcionamiento hasta dentro de menos de cuatro décadas.

Imaginarse cómo funciona un ascensor espacial así como las dimensiones que alcanzaría una construcción de este tipo podría convertirse en un complicado ejercicio creativo, por eso los representantes de la compañía han decidido desvelar algunos de los puntos que más preguntas levantan.

El ascensor llegará a unos 96.000 kilómetros en el espacio y usará coches robóticos propulsados por motores lineales magnéticos que llevarán personas y carga a las estaciones espaciales a un coste mucho menor que los cohetes lanzados tradicionalmente desde la Tierra. Obayashi también añade que la duración de un viaje de este tipo se extenderá a siete días.

spaceelevator

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Los representantes de la compañía japonesa son conscientes que la realización de este ambicioso proyecto dependerá de una multitud de factores, la mayoría relacionados con el progreso de los descubrimientos tecnocientíficos. El que más ayudará a convertir el plan de construir el ascensor espacial en realidad está fuertemente relacionado con el desarrollo de la nanotecnología del carbono.

Yoji Ishikawa, el Gerente de Investigación y Desarrollo de Obayashi explica:

“La resistencia a la tracción es casi cien veces más fuerte que el cable de acero por lo que la construcción del ascensor es posible. En este momento no podemos hacer el cable lo suficientemente largo. Sólo podemos hacer nanotubos de tres centímetros de largo, pero necesitamos mucho más … creemos que en 2030 vamos a ser capaces de hacerlo”.

Por otro lado, la compañía nipona admite que el potencial obtenido a través de una colaboración internacional es la clave para llevar a cabo la envergadura de su obra espacial. La compañía no excluye la necesidad de una organización internacional para realizar el proyecto. De momento entre los especialistas implicados en la resolución de los desafíos planteados por la construcción del ascensor espacial se encuentran estudiantes de universidades de todo el país que han estado trabajando en los coches robóticos o escaladores a través de competiciones organizadas con el fin de aprender unos de otros.

Por último, más de uno se podría preguntar ¿cuál sería la utilidad de construir un puente físico de conexión entre la Tierra y el espacio? Siguiendo la línea de declaraciones de Obayashi, la principal ventaja del ascensor espacial sería la posibilidad de lanzar cohetes pequeños y cantidades de combustible para abastecer las estaciones espaciales sin necesidad de pagar miles de dólares por kilogramo como actualmente (el precio estimado para realizar este tipo de viajes con el ascensor es de 200 dólares).

Además de estimular el turismo espacial también se espera que el ascensor espacial aporte una solución a los problemas de energía del mundo mediante la entrega de grandes cantidades de energía solar barata o el almacenamiento de residuos nucleares.

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