viernes, 28 de noviembre de 2014

El parlamento británico quiere que las redes sociales simplifiquen sus términos de uso

La redacción de los términos y condiciones de uso y la política de privacidad de las redes sociales y las aplicaciones hace casi imposible que sus usuarios sean conscientes de la forma en la que será tratada y utilizada su información personal. Así lo cree el Comité de Ciencia y Tecnología del Parlamento británico, que ha elaborado un informe al respecto.

Según recoge una nota de prensa del Parlamento, el citado comité considera que los contratos que actualmente firman los usuarios de estos servicios online al registrarse en ellos no son un mecanismo que pruebe de forma efectiva que los internautas dan un consentimiento informado a la explotación que estas compañías harán de sus datos personales.

Asimismo, el comité también ha identificado otro problema habitual, especialmente en las aplicaciones móviles: muchas de ellas solicitan a los usuarios cuando se registran información que no necesitan dar para utilizar servicios que normalmente se financian ya con publicidad. Las compañías deben, por tanto, explicar mejor para qué quieren esa información y cómo la van a usar.

Es por eso por lo que este grupo de parlamentarios sugiere la creación de una hoja de directrices para una política de privacidad clara y transparente a la que estas compañías, americanas en su mayoría, se adhieran de forma voluntaria. Sus miembros piden al gobierno que empiece a trabajar junto con el comisario de Información para elaborar un conjunto de estándares que comprometan a sus firmantes a explicar cómo utilizan los datos de sus usuarios en términos claros y concisos. Ése sería, a su juicio, el primer paso para asegurar un uso responsable de los datos de los usuarios británicos en las redes sociales y otras plataformas.

Uno de los miembros de este comité, el diputado Andrew Miller, se ha mostrado convencido de que la mayoría de los desarrolladores y compañías de Internet “estarán felices” de adherirse a estas nuevas directrices cuya aprobación será solicitada por el Parlamento al Gobierno.

 “Asumámoslo”, asegura Miller, “la mayoría de la gente dice sí a los contratos de términos y condiciones sin leérselos, porque normalmente son tremendamente largos y están escritos en un idioma que para ser entendido necesita un máster de derecho”.

El eurodiputado ha recordado el polémico experimento de Facebook “con las emociones de sus usuarios”, que sacó a la luz la preocupación acerca de lo que podemos estar aceptando cuando marcamos la casilla que dice que hemos leído las condiciones del servicio, y si a esto se le puede llamar consentimiento informado.

Precisamente, Facebook le ha dado hace poco un notable lavado de cara a su política de privacidad, que ahora está explicada de forma mucho más digestiva e intuitiva, aunque la mayoría de sus condiciones no hayan cambiado.

Miller, eso sí, ha advertido de que si el gobierno británico quiere conseguir que las redes sociales mejoren sus contratos de privacidad, debe de ser el primero que dé ejemplo. El parlamentario ha citado la política de datos del Servicio Nacional de Salud, que ha calificado de inadecuada.

Foto cc: Steve Snodgrass






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