En el mes de noviembre del año pasado saltó la noticia de que el Gobierno de Cataluña había comenzado a preparar un nuevo impuesto para las compañías que comercializan Internet. Después, en marzo de este año, la Generalitat dio otro paso más sacando adelante la memoria preliminar de la tasa, y ahora dicha tasa ya es una realidad.
La aprobación del nuevo impuesto se ha producido en las últimas horas en el Parlamento de Cataluña. Allí, todos los partidos representados (CiU, ERC, PSC, ICV-EUiA y la CUP), salvo el PP y Ciudadanos que se abstuvieron, decidieron apoyar el impuesto, con el que se espera recaudar unos 20 millones de euros al año y repercute directamente en las operadoras de Internet.
Afinando más, en cuanto la tasa entre en vigor oficialmente las compañías que comercialicen Internet en Cataluña tendrán que pagar a la Agencia Tributaria de Cataluña 25 céntimos de euro al mes por cada contrato de conexión a Internet (o sea, que no importa el tamaño de las empresas, todas pagarán lo mismo por cada contrata de conexión, aunque obviamente las más grandes y que más ganan serán las que más aporten).
¿A qué viene esto?
Llegados hasta aquí, nos quedan por responder dos preguntas: ¿a qué viene este nuevo impuesto?, y sobre todo, ¿no terminará recayendo sobre los ciudadanos?.
En cuanto a lo primero, la medida tiene por objetivo recaudar más dinero para ayudar a financiar las producciones audiovisuales en Cataluña, un sector muy tocado por la crisis y otro montón de factores (como prácticamente todos los demás, todo hay que decirlo). Respecto a lo segundo, el gobierno catalán dice que no, que por la fuerte competencia que hay en el campo de las telecomunicaciones y lo bajo que es el impuesto confían que la tasa no afectará a los usuarios.
Sin embargo, no son pocos los que piensa que sí, que de una u otra forma el nuevo impuesto al final lo pagarán los catalanes (quizá no directamente en el precio de la conexión pero hay otras muchas formas de hacerlo), y tampoco los que opinan que la medida es injusta, peligrosa y ayudará en poco a sacar al sector audiovisual de su mala situación.
El tiempo dirá, pero teniendo en cuenta para lo que han valido todos los canones asociados al sector cultural, efectivamente lo más lógico es pensar que este tampoco mejorará nada sino todo lo contrario.
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