martes, 4 de noviembre de 2014

Una grúa para imprimir paredes en 3D

Nathan Spielberg es hoy un estudiante de último año de ingeniería mecánica en el MIT, pero cuando tenía 13 años, su “hobby a tiempo completo”, como él mismo lo llama, era construir a mano su primera guitarra. Gracias a ello, una década más tarde, sigue experimentando con el potencial de convertir en objetos tangibles y funcionales las ideas abstractas… pero ahora lo hace a través de un nuevo medio de producción: la impresión 3D.

Para Spielberg, la impresión 3D tiene dos vertientes: en un extremo estaría el prototipado rápido, que permite a los investigadores diseñar, imprimir y probar muchas más veces y a mayor velocidad que con el sistema de prototipado tradicional; en el otro extremo está la construcción exprés y a gran escala de objetos individuales. Y ahí es donde entra la labor de investigación que venía Spielberg venía desarrollando junto a Neri Oxman, profesor asociado del MIT Media Lab.

Habitualmente, la impresión 3D se realiza dentro de una caja (lo que limita el tamaño de los objetos imprimibles a las dimensiones de la carcasa de la impresora). Pero, como explica MIT News, “en el Media Lab, Spielberg pensó literalmente ‘fuera de la caja’” (expresión inglesa que sirve para designar puntos de vista no convencionales): trabajó en la creación de un brazo mecánico que, añadido a un camión grúa que le proveyera de energía, sería capaz de maniobrar hacia en múltiples direcciones para imprimir, capa por capa y con un alto grado de movilidad, objetos del tamaño de una pared. Esto permitiría desplazarse al lugar en el que fuera necesario dicho objetivo, aumentando la eficiencia de la construcción y entrega de éste.

MIT-Nathan-Spielberg-03

Pero la magnitud del proyecto se enfrenta también a algunos obstáculos. Por ejemplo, la precisión necesaria en el extremo del brazo robótico debe ser extraordinariamente alta si se quiere que las capas impresas sean totalmente recta y, por tanto, la casa así construida sea totalmente funcional. Pero tal nivel de precisión es muy difícil de lograr con una grúa: como cualquiera puede comprobar con las que podemos ver en nuestras calles y carreteras, por lo general se mecen con el viento. “Hay una gran cantidad de problemas inherentes de ingeniería y física que estamos tratando resolver”, afirma Spielberg.






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