sábado, 20 de diciembre de 2014

Cryptoy implica a los alumnos y profesores en un juego de mensajes encriptados

La encriptación nació hace mucho en la historia a raíz de la preocupación por el envío seguro de los mensajes, aunque sigue siendo un tema que llama la atención de muchos expertos informáticos hoy en día. Desde los tiempos de los romanos, Julio César encontró una forma de comunicarse con sus generales mediante un cifrado por sustitución en el que una letra en el texto original era reemplazada por otra que se encontraba un número fijo de posiciones más adelante en el alfabeto. La técnica de codificar un mensaje del líder político romano es, de hecho, una de las más simples y ha recibido el nombre del ‘desplazamiento de César’.

Más tarde, concretamente en el siglo XIX, Blaise de Vigenère publicó su descripción de un sistema de encriptación (tabla de Vigenère) basado en diferentes series de caracteres del cifrado César que le hizo ganar el título de código indescifrable.

Estas y otras más se pueden poner a prueba y experimentar con Cryptoy, una aplicación educativa creada por estudiantes de STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics), una organización que recluta a los jóvenes talentos y recibe el apoyo del Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno (GCHQ, sus siglas en inglés), conocido como unos de los servicios de inteligencia del Reino Unido.

Al principio presentada en un festival científico como proyecto de un grupo de becarios en el GCHQ, Cryptoy ha tenido una buena acogida, captando el interés de los profesores, quienes han querido usarla como herramienta divertida para la enseñanza de niños con edades entre 14 y 16 años. Aun así, según explica la agencia, la aplicación puede ser utilizada por cualquier persona con interés en aprender o enseñar las bases de la codificación informática.

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Aprendizaje fomentado por una mezcla de disciplinas

Cryptoy ha sido diseñada con el fin de ofrecer a los profesores y a los alumnos una modalidad de explorar el mundo de la criptografía de una manera interactiva. Por ejemplo, la app les ayuda a entender los distintos tipos de cifrado y sus claves, así como la historia detrás de cada técnica, y a la vez les permite crear sus propios mensajes encriptados y compartirlos con sus amigos.

El servicio de inteligencia británico también explica la fuerte relación de Cryptoy con la historia, destacando la similitud entre los principios de diseño empleados por los primeros inventores de sistemas de cifrado y los diseñadores criptográficos modernos, por lo tanto un sistema de pensamiento común que ha recorrido los siglos sin grandes cambios hasta la actualidad.

Unos de los portavoces del GCHQ insiste en la importancia de obtener una base de conocimientos acerca de la seguridad cibernética y la resolución de los problemas de cifrado, combinando las habilidades de programación y otras disciplinas como las matemáticas: “Todo esto es muy relevante para el mundo de hoy, donde la seguridad de la información es cada vez más importante y en el que necesitamos jóvenes a estudiar los temas necesarios”, apunta.

Además de iniciarse en la construcción de una arquitectura informática robusta, los alumnos tienen la posibilidad de aprender de una forma muy divertida cómo romper el diseño criptográfico que alguien pensaba que era muy seguro.

En cuanto a la disponibilidad, la agencia indica que de momento la app se puede descargar en versión gratuita solamente para las tabletas Android, aunque se espera que sea accesible también para los usuarios de iPads el próximo año.

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