lunes, 1 de diciembre de 2014

Intel fabricará tecnología para las Google Glass

Google planea lanzar una nueva versión de sus gafas inteligentes Google Glass el próximo año, y esta vez será la compañía Intel la que se encargue de sus procesadores internos, introduciéndose, así, en el mundo de la tecnología wearable.

Según informa el Wall Street Journal, Intel se ocupará de un procesador que en la primera versión de las Glass fue fabricado por la compañía Texas Instruments.

Este paso, además de ayudar a Intel a ‘meter la cabeza’ en el mercado de los ponibles, contribuirá a la promoción de las Google Glass como un dispositivo atractivo para empresas y sectores profesionales específicos, como, por ejemplo, el de la salud. El rotativo estadounidense cita a fuentes cercanas al acuerdo que señalan que Intel planea promover las Glass en hospitales y fábricas.

Disponibles de momento solo como un prototipo, la primera venta pública de Google Glass tuvo lugar la pasada primavera en Estados Unidos y Reino Unido. Desde entonces, la popularidad de las gafas no se ha propulsado entre los particulares como quizás esperaban sus creadores, y han ido adquiriendo, poco a poco, la etiqueta nerd.

Algunos estudios y previsiones ya señalan que, a la hora de apostar por un wearable, los consumidores no consideran tan cómodas las gafas como los dispositivos de muñeca tales como brazaletes o smart watches, la última apuesta, éstos últimos, de tecnológicas como Apple. La muñeca parece un lugar más natural para llevar y lucir tecnología que los ojos.

En 2013 una periodista encuestó a más de 400 early adopters acerca de qué dispositivo comprarían antes: si unas gafas conectadas o un reloj inteligente. Casi la mitad, el 45%, escogió el reloj, mientras que apenas un 10% se decantó por las gafas.

Ahí es donde Intel, líder entre los fabricantes de circuitos integrados del mundo, puede ayudar a Google, dada su experiencia a la hora de trabajar con empresas y profesionales. Desde su lanzamiento, las Glass se presentan como una herramienta quizá más atractiva para tareas tan especializadas como la cirugía o la manufactura que para el uso de particulares.

De lo primero pudimos ver un ejemplo en junio de 2013 en nuestro país, cuando el doctor Pedro Guillén realizó la primera operación del mundo con Google Glass: un implante de condrocitos a un paciente de 49 años, haciendo partícipe de la intervención a otro médico que se encontraba a más de 2.000 kilómetros de distancia.






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