viernes, 26 de diciembre de 2014

The Problem Solver, la cerveza de la creatividad

Decía un amigo que tres Judas eran la cantidad de cerveza óptima para jugar a la Diana. Se desenfocaba todo menos el punto exacto en que querías clavar el dardo y por ese túnel virtual se desplazaba viajaba éste y se clavaba allí donde debía. Con una sola Judas más, las cosas empezaban a complicarse; en túnel desaparecía y lo que estaba borroso era la Diana al completo.

Pues bien, parece que con la creatividad pasa lo mismo. Por lo visto, con un poco de alcohol en sangre la creatividad recibe un fuerte impulso, aunque un poco más, o un poco después, y el efecto será el contrario. En concreto, el “pico de creatividad” se alcanza cuando el nivel de alcohol en sangre alcanza un 0,075, según una investigación llevada a cabo por la profesora Jennifer Wiley, de la Universidad de Illinois.

Según Willey, la capacidad para advertir pequeños cambios en una persona sobria y en una con esa “intoxicación ligera” es similar, pero con esos grados de alcohol en sangre, también conocidos como “un puntillo”, esos cambios se descubren de forma más rápida. El problema quizá sea que después de una primera cerveza te apetece más la segunda, y así sucesivamente.

Sea como fuere, la cervecera danesa Rocket Brewing ha utilizado este impulso a la creatividad como leit motiv de una nueva cerveza, llamada para la ocasión “The Problem Solver”. Se trata de una India Pale Ale con un 7,1 de porcentaje de alcohol. Lo único específico que hace por el bebedor es permitirle alcanzar con cierta precisión ese momento mágico en que la creatividad alcanza su punto óptimo.

Así, la botella The Problem Solver incorpora una escala en la que se indica la cantidad de cerveza que tienes que beber para pillar ese puntillo, teniendo en cuenta tu peso. Para curarse en salud, indican naturalmente que “disfrutar de la cantidad adecuada mejorará tu pensamiento creativo. Beber más probablemente haga exactamente lo opuesto”.

Sus creadores, citados por Engadget, señalan que la cerveza posee “un refinado sabor amargo con un acabado refrescante”. Habría que verlo, o saborearlo, aunque para ello tendríamos que viajar a Copenhague y buscar la única cervecería en que la venden. Puedes informarte en la web que le ha dedicado la compañía.






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