lunes, 29 de diciembre de 2014

TZOA, un ‘wearable’ que monitoriza el medio ambiente para comprobar la calidad del aire

Cuando pensamos en el aire contaminado nos imaginamos el motor de un coche que nos obliga a cerrar la ventanilla o una chimenea industrial situada en la periferia de una ciudad, pero no todo lo que asociamos con el color grisáceo del humo emanado por las fábricas o los automóviles entra en esta categoría. Un equipo de desarrolladores de Canadá han dado más vueltas al asunto y han decidido diseñar un dispositivo ponible con el fin de revelar datos sobre las cosas intocables que nos rodean, en concreto el aire que respiramos y el nivel de los rayos ultravioleta.

El enfoque que le diferencia de otros wearables actuales ha sido el paso de un análisis interno a uno externo. Es el ejemplo de los datos del ritmo cardíaco o de las calorías quemadas captados por las pulseras cuantificadoras, tan usadas en las actividades deportivas. Entre una multitud de aparatos que ofrecen mapas de datos biométricos, era un cuestión de tiempo hasta que se empezara a crear wearables con otro objetivo en mente, como por ejemplo el de analizar el mundo que se extiende fuera de nuestra cuerpos.

Tzoa, el dispositivo que se dio a conocer a través de una campaña en Kickstarter, pretende ser uno de estos:

“Consideramos que faltaba una pieza del rompecabezas y eso era la historia que pasa fuera de nuestros cuerpos- aspectos como la luz del sol y la calidad del aire, cosas intangibles pero que tienen un impacto en nuestro salud y bienestar”, explica Laura Moe, su cofundadora.

A nivel de diseño sus creadores han querido que sea no invasivo para el cuerpo humano, motivo por el cual han optado por una forma redonda y fácil de llevar en la ropa u otros accesorios como mochilas, cinturones o bolsos.

Tzoa

 

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Aún más interesante es lo que aporta a nivel de funcionalidad a los usuarios. Tal como indican sus creadores, la característica principal del wearable consiste en su capacidad de detectar el nivel de contaminación del aire, de humedad y de radiación UV.

Los sensores ópticos láser que lleva incorporados son los que se encargan de la parte más importante del trabajo. Estos son capaces de contar las partículas del aire, mostrar las concentraciones y distinguir entre las grandes o PM10, que suelen estar relacionadas con las alergias y las pequeñas o PM 2.5, consideradas más peligrosas por la salud ya que se inhalan con mayor facilidad en los pulmones.

Una vez que el usuario tenga todos estos datos podrá visualizarlos en forma de gráficos a través de una aplicación para smartphone que le desvelará un mapa en profundidad del medio ambiente que le rodea en sus salidas diarias. Algunas indicaciones serán suficientes para conocer las zonas de la ciudad con mayor o peor calidad del aire o simplemente para protegerse más en los momentos de alta emanación UV.

Finalmente, no se ha perdido de vista el componente social. El wearable no sólo le proporciona al propietario los datos en tiempo real, pero también da la posibilidad de compartirlos con otros al ser almacenados en la nube. La visión del equipo que está detrás de TZOA es de convertir a los usuarios en “ciudadanos científicos” y darles las herramientas necesarias para crear una comunidad basada en el conocimiento del medio ambiente.

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