sábado, 20 de diciembre de 2014

Un microscopio holográfico para el diagnóstico de enfermedades

Los microscopios digitales holográficos suenan a dispositivos de ciencia ficción, pero llevan ya un rato entre nosotros. Ha habido diferentes grupos de desarrollo que han creado este tipo de modelos, pero hasta ahora no habían logrado fabricarlos con la calidad de imagen suficiente como para poder diagnosticar enfermedades. La Universidad de California, Los Ángeles, UCLA parece dispuesta a dar el salto.

Para demostrarlo, proporcionaron el equipo a un patólogo, junto con 75 muestras de tejido mamario, con el objetivo de buscar anormalidades en ellos. De todos los diagnósticos realizados con el sistema holográfico, 74 fueron correctos. Que haya algún margen de error no parece buena idean (uno de lentes acertó en los 75 casos), pero lo cierto es que es un resultado excelente si tenemos en cuenta que apenas han empezado a jugar con esta tecnología.

Bueno, bonito y barato

¿Cómo funciona, exactamente? Parece más fácil contarlo que conseguirlo. Un rayo de luz “parcialmente coherente” cruza la muestra de tejido, proyectando una imagen holográfica de la muestra en un sensor de imagen situado bajo ella. El sensor de imagen recoge los datos y los envía a un ordenador, que reconstruye una imagen en alta resolución gracias a unos algoritmos creados especialmente para la ocasión.

La ventaja del sistema sobre los microscopios tradicionales es que éstos tienen campos de visión limitados. Además, hay que estar ajustándolos para examinar diferentes profundidades en una misma muestra. Con el sistema holográfico, el ordenador hace todo el trabajo y además puede incorporar diferentes correcciones a la imagen. Y no me refiero a eliminar, por ejemplo, el efecto ojos rojos.

La otra ventaja, naturalmente, es el coste. Como señala PopSci, la UCLA no ha anunciado el coste de este nuevo prototipo, pero con un modelo anterior, diseñado sólo para identificar microbios, el coste era inferior a 100 dólares. Y los microscopios digitales holográficos creados hasta la fecha estaban por debajo de los 1.000 dólares. El secreto está en el uso de componentes comunes. El sensor de imagen, por ejemplo, es similar al de una cámara digital de andar por casa.

Mucho más barato, lo mires como lo mires, que un microscopio tradicional. Y, además, le da mucho más encanto al trabajo de rata de laboratorio decir que examinas imágenes holográficas. Te dará muchas más opciones la próxima vez que se te ocurra sacar el tema del trabajo en una noche de ligue.






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