Muchos de nosotros siempre hemos querido crear una página web, bien sea para nuestro negocio o a nivel personal. No en vano, la presencia online se ha convertido en una auténtica obsesión para muchas compañías y autónomos que quieren beneficiarse de las ventajas de contar con una página web y que se materializan en un mejor conocimiento de sus clientes mediante la escucha activa, un aumento del alcance de sus operaciones a escala mundial y un nuevo y amplísimo abanico de nichos de mercado hasta ese momento minusvalorados. Todo ello con un único fin: mejorar la reputación de la empresa y aumentar las ventas.
En ese sentido, un estudio de la agencia de marketing Websa100 reseña que el 59% de las compañías (tanto pymes como grandes corporaciones) venden más desde que cuentan con página web, y no solo gracias a la tienda online sino también a las sinergias que esta aporta a la tienda física de toda la vida.
Sin embargo, muchas pequeñas y medianas empresas no tienen personal ni recursos para contratar un diseño profesional de su página, por lo que optan por crear ellos mismos su propia web. Para que no desesperéis en vuestro empeño, en TICbeat hemos elaborado una breve guía de 10 pasos para que tengáis lista vuestra web en menos de una semana:
1. Elegir y comprar un nombre de dominio
Lo primero de todo a la hora de crear una página web para nuestro negocio es comprar el dominio por el que queremos que los internautas nos encuentren. Para ello debemos comprobar en proveedores como Godaddy, Gigas, 1&1, Hostalia, Arsys o Sedo si el nombre que queremos registrar está disponible con la terminación que deseemos (.com, .es, .net, etc.) o incluso crear nuestra propia extensión, gracias a los nombres de dominio personalizados. Calcula aproximadamente un coste aproximado de 5 o 10 euros para registrar el punto de entrada de los clientes a tu página.
2. Contratar un buen proveedor de hosting
Ahora que ya tenemos nuestro nombre de dominio, lo siguiente será disponer de un sitio donde alojar nuestra web, es decir, todos los archivos (tanto del sistema como imágenes, textos, etc.) que serán necesarios para poner en funcionamiento nuestro site.
En este punto existen dos alternativas: disponer de un servidor propio y alojar nuestra web ‘in-house’ (con lo que podremos monitorizar mejor cualquier incidencia que experimentemos a cambio de mayores costes a corto plazo y la necesidad de contar con un asesor que nos ayude en la puesta en marcha del equipo) o contratar a una de las compañías que antes hemos mencionado para que alojen nuestra página en la nube a cambio de una cuota mensual.
A la hora de contratar nuestro proveedor de hosting hemos de fijarnos muy bien en una serie de factores que serán clave para no llevarnos sorpresas desagradables en un futuro. En primer lugar, la capacidad de almacenamiento con que contaremos. En segundo lugar, la capacidad de tráfico con que podremos contar de forma simultánea. Y, por último, si esa compañía dispone de aplicaciones ‘click-and-build’, es decir, preinstaladas y que nos permitirán construir nuestra web sin un solo código de programación. El resto de factores (servidor Windows o Linux, etc.) dependerán en gran forma de cuánto dinero estemos dispuestos a desembolsar: un plan de hosting básico puede rondar los 25-40 euros anuales, aunque su precio puede disminuir si lo contratamos al mismo tiempo y con la misma empresa que el dominio.
3. Instalar un CMS (Content Management System)
Este es el corazón de la página web, el motor que nos permitirá publicar contenidos y que será nuestro panel de control diario de todos los aspectos de la página. Cuál instalar dependerá de qué uso queramos dar a la web, aunque entre los más populares destacan WordPress, Joomla o Prestashop, este último especialmente orientado a tiendas online.
Todos ellos son gratuitos, con lo que podemos bajar el paquete de instalación de sus respectivas webs y subirlo a nuestro servidor. Si, como veíamos en el paso anterior, nuestro proveedor nos ofrece la posibilidad de instalar el CMS por nosotros, tan sólo tendremos que elegir cuál queremos (el más sencillo para los principiantes es WordPress) y esperar a que esté disponible.
4. Editar la información básica de nuestra web
Una vez instalado nuestro CMS, el primer paso que debemos hacer es editar toda la información básica de nuestra web, es decir: título, descripción y palabras clave por las que los buscadores y los usuarios nos podrán encontrar. Eso lo haremos a través del ‘backoffice’ de nuestro editor. En WordPress, por ejemplo, se accede a través de http://ift.tt/1A2FgGL y allí tendremos que acceder a ‘Configuración’, en la barra lateral izquierda. También podremos modificar muchos otros parámetros, como la forma en que queremos mostrar el autor de los posts, la política de comentarios o la zona horaria en que nos encontramos.
5. Elegir una plantilla predeterminada para nuestro sitio
Ahora que la web ya cuenta con todos los datos básicos, llega el momento más divertido y al mismo tiempo más crucial de todo el proceso: elegir el aspecto visual con que queremos dotar a nuestro site. Aunque podemos apostar por un diseño propio, lo más práctico para cualquier pequeña o mediana empresa es apostar por alguna de las miles de plantillas disponibles en la Red.
Si bien gran parte de las plantillas para WordPress o Joomla son gratuitas, otras muchas son de pago, especialmente aquellas que incluyen funciones ‘premium’ o una mayor personalización de nuestra homepage. No te preocupes si el diseño que te gusta carece de alguna funcionalidad que querías incluir: casi siempre podrás editar la plantilla a posteriori o complementarla con algún plugin.
6. Diseñar los menús de navegación
Los navegantes que visiten nuestra web no se van a quedar únicamente en nuestra página principal… o al menos ese no es el objetivo. La intención es que puedan visitar las distintas partes de nuestra web y accedan a los diferentes posts que hayamos publicado de una forma sencilla. En ese sentido, hemos de ponérselo especialmente fácil, misión para la que han nacido los menús de navegación: una barra que nos permite ir, de un solo click, a cualquier sección de la web o incluso a URL que no pertenezcan a nuestro site (como una landing page de un partner). Organizar los distintos elementos del menú en WordPress es tan sencillo como arrastar y soltar cada componente en el orden que prefiramos, pudiendo establecer categorías jerárquicas entre ellos.
7. Crear las páginas estáticas de nuestro site
La composición básica de una web es su página principal, las páginas estáticas (como la de Aviso Legal, Quiénes Somos o la información de productos o servicios que no vayamos a modificar de forma frecuente) y los posts, el elemento más vivo de todos ellos.
Para crear y modificar las páginas estáticas en WordPress tan sólo deberemos pulsar sobre “Páginas” y “Añadir nueva” para empezar a construirla. Podremos editar no sólo el texto y las imágenes que queramos incluir, sino también la URL de la página, que debemos pensar detenidamente para incluir todas las palabras clave que necesitemos.
8. Instalar un paquete SEO y asegurarnos de que el archivo sitemap.xls está en orden
El posicionamiento SEO de una página web es clave para hacernos visibles a los internautas, por lo que una clave fundamental para nuestro futuro éxito será contar con alguna herramienta que nos permita modificar algunos parámetros de la web y de los posts que publiquemos para que Google y compañía nos detecten mejor. El más conocido es “All in one SEO”, pero existen mil y una alternativas –tanto gratuitas como de pago- para elegir.
A su vez, el sitemap de nuestra web es un archivo que permite a los buscadores conocer la organización de la página, la estructura jerárquica entre cada elemento y cómo interpretar los resultados ante una búsqueda. Hemos de asegurarnos de que el archivo está correctamente creado y optimizado. En caso de duda, siempre podremos instalar un plugin que se encargue de ello.
9. Crear un archivo robots.txt
Junto al sitemap, el otro archivo esencial para que Google nos tenga en cuenta es el robots.txt, un simple documento de texto que sirve a los buscadores para saber qué partes de la web deben rastrear y cuáles no, para así evitar ser penalizados por contenidos duplicados o cualquiera otro de los mil y un criterios que posee la compañía de Larry Page para desterrar nuestra web a la última hoja de resultados. En Internet existen miles de ejemplos para crear tu propio archivo robots.txt en apenas unos minutos, aunque también hay plugins que pueden resolver este problema.
10. ¡Empieza a publicar tus primeros posts!
Si has seguido todos los pasos, estarás ante una web con un aspecto visual definido, con un buen punto de partida de cara a SEO y con todo listo para empezar a publicar nuestros posts o añadir los primeros productos a la tienda, en caso de que nos dediquemos al ‘ecommerce’.
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